A fin de que esta iniciativa pueda llegar a un elevado porcentaje de ciudadanos, se ha puesto en marcha una página web específica www.reducetitesachave.com, que permanecerá en vigor hasta el 16 de enero del próximo año, a través de la cual los internautas pueden acceder a toda la información necesaria con la que responder a ese gran reto que supone producir menos basura, pero también realizar una correcta separación de desechos en origen, procediendo al depósito de los mismos en los distintos contenedores de recogida selectiva.
Así se recoge en el Plan autonómico de Gestión de Residuos Urbanos para el período 2010-2020, que tiene entre sus prioridades la de estabilizar la producción de residuos en una primera fase, logrando una reducción del 10 por ciento en el año 2020, al tiempo que prevé incrementar los índices de reutilización y reciclado hasta el 30 por ciento (frente al 10 por ciento actual), y minimizar el vertido final, destinando a vertedero tan solo aquella fracción para la que no quepa ningún otro tratamiento contemplado en la legislación vigente, es decir, que no pueda ser reutilizada o reciclada previamente, y tampoco valorizada, incluyendo aquí su recuperación energética.
EL MEJOR RESIDUO ES EL QUE NO SE PRODUCE
En Galicia hemos pasado en poco tiempo de una producción media de residuos por habitante y año de 292 kg a 438 una tasa que, si bien se encuentra por debajo de la media estatal (547 kg), es preciso aminorar.
En las últimas décadas, y según datos de Eurostat, los desperdicios domésticos generados en Europa se han venido incrementando entre un 1 y un 2 por ciento anual, llegando a situarse, en el 2009, en los 513 kg por habitante y año. En España, y a pesar de que, como consecuencia de la crisis económica, la producción de desechos se vio reducida, todavía se sitúa por encima de la media comunitaria, alcanzando los 547 kg por habitante y año.
En este escenario urge cambiar el modelo de desarrollo, dominado por la máxima de “usar y tirar”, y poner en práctica comportamientos sostenibles que nos permitan aplicar la racionalidad y la sensatez, apostando por un consumo responsable que tenga en cuenta el ciclo de vida de los productos sin poner en riesgo nuestro bienestar y calidad de vida.
Si bien el actual contexto de crisis ha obligado a cambiar determinadas pautas de conducta, éstas deberían mantenerse en el tiempo con el objetivo final de minimizar el impacto que los residuos ocasionan sobre el entorno. Planificar el consumo, comprar los alimentos teniendo en cuenta su fecha de caducidad, priorizar los artículos reutilizables, así como los mínimamente envueltos y embalados, rechazar las bolsas no biodegradables, recuperar el tradicional carro de la compra, usar trapos de cocina y pañuelos de tela en lugar de su versión en papel, dar preferencia a las compras a granel, rechazar los consumibles envasados en bandejas de plástico o porexpán, evitar las vajillas, vasos y cubiertos de plástico, optando por el vidrio, el metal o la loza, pueden ser, entre otras, algunas de las múltiples recomendaciones a seguir.
LA CORRECTA SEPARACIÓN DE RESIDUOS, OTRA ASIGNATURA PENDIENTE
Galicia, con una tasa de reciclado situada en el 10 por ciento, se encuentra por debajo de la media nacional (15 por ciento) y todavía más alejada de la media europea (24 por ciento), y eso sin tener en cuenta los niveles alcanzados por países tales como Alemania, que ha llegado al 48 por ciento, seguido por otros tales como Suecia, Dinamarca, Holanda y Austria, que superan en todos los casos el 30 por ciento.
En www.reducetitesachave.com se proporcionan las claves para clasificar adecuadamente nuestra basura, teniendo en cuenta que en el contenedor amarillo debemos introducir los envases ligeros (envases de plástico, latas y briks), pero no cualquier plástico que no sea envase ni envoltorio; en el azul, el papel y cartón, excepto el de calco y el sucio o con restos de grasa; en el iglú verde, los envases de vidrio, evitando las tapas y corchos, así como los vidrios especiales (cristales, espejos, bombillas, …); y en el contenedor genérico, los desechos orgánicos y los no reciclables, que en el caso de Sogama son destinados a la producción de electricidad. Ahora bien, en aquellos lugares que cuenten con los requisitos y condiciones necesarias, el compostaje doméstico puede constituir una excelente vía para propiciar el reciclaje de la parte orgánica, convirtiéndola en un abono de alta calidad para ser aplicado con absolutas garantías en jardines, huertos y tierras de cultivo.