Greenpeace exige la retirada de esta enmienda “a la carta” que beneficiará específicamente a la refinería que Petronor-Repsol tienen en la marisma de Muskiz, Zierbena y Abanto-Ciervana (Vizcaya), que permitirá su permanencia en su ubicación actual otros treinta años, a pesar de ocupar la costa y estar situada en pleno casco urbano de Muskiz. Este hecho se agrava porque sus instalaciones se están ampliando de nuevo, esta vez con una planta de coque altamente contaminante.
La refinería, siempre con la oposición de los vecinos, ha sido ampliada en seis ocasiones desde su construcción en 1968 y ha sido objeto de numerosas denuncias por irregularidades legales en sus procedimientos de autorización y funcionamiento, y ha sufrido continuas alarmas e incidentes, además de haber provocado afecciones a la salud de la población y daños ambientales de todo tipo.
La concesión de 30 años con que contaba la refinería no fue otorgada hasta 1982 (14 años después de iniciar su actividad) y se extinguirá el 25 de octubre de 2012, pero mediante esta enmienda, aprobada sin conocimiento de los ciudadanos y sin participación ni debate en el propio Parlamento, Petronor podrá continuar extrayendo un beneficio económico a costa de la conservación del medio ambiente y de la salud de los ciudadanos.
«La ocupación del litoral debe ser innegociable para el partido en el Gobierno. Es injusto centrar el debate el debate de la Ley de Costas en chiringuitos y en derribar pequeñas viviendas mientras se permite enmendar una ley «a medida» para que esta fabrica de cambio climático y contaminación continúe su actividad”, ha declarado Pilar Marcos, responsable de la campaña de Costas de Greenpeace.