Mejora continua de la red de transporte público
La planificación urbana del centro de la ciudad de Nantes tiene como objetivo minimizar el uso del coche y conseguir las mejores condiciones para los peatones. Las políticas de movilidad que priorizan el transporte público, a pie o en bicicleta se empezaron a poner en marcha hace ahora una década, y los resultados son ahora evidentes.
Nantes fue la primera ciudad de Francia en reintroducir con éxito el tranvía eléctrico, y esto ha hecho que la red de transporte público haya crecido en extensión y haya aumentado la frecuencia. El año 2008 el 24% de los desplazamientos se hicieron a pie y el 15% en transporte público. Los desplazamientos en coche han bajado del 55% en 1999 al 50% en 2009, aunque aumentó el número de trayectos totales por persona, y en un momento en que otras ciudades europeas han registrado un incremento de vehículos privados.
Parte del éxito se encuentra en la cuarentena de aparcamientos, con un total de 5.600 plazas, que se han construido en las afueras de la ciudad y que permiten dejar el coche y llegar al centro en tranvía o autobús. Además, ahora el 95% de la población vive a menos de 300 metros de una parada de transporte público.
También se han puesto en marcha dos iniciativas de coche compartido: una de car sharing llamada Marguerite, y otra en la que participan de manera experimental 20 empresas, con un total de 3.000 trabajadores, y que quiere poner en contacto personas con y sin coche que hacen un mismo recorrido para que puedan compartir el vehículo. Se llama Covoiturage y funciona a través de una web y de aplicaciones para teléfonos móviles.
La bici va ganando terreno, y el aire está más limpio
Aunque las cifras de usuarios todavía no son significativas, el gobierno de Nantes hace una apuesta clara por la bicicleta como medio de transporte urbano. Han pasado de 225 km de carril bici en 2001 a 376 el año 2009, y han implementado un sistema similar al Bicing, el Bicloo. Además, el municipio dispone de 200 bicicletas de alquiler para periodos más largos, tanto para individuos como para empresas, y otro servicio similar en el campus universitario, dedicado a los estudiantes. Con el objetivo de facilitar la combinación entre la bici y el transporte público, en los últimos años se han creado unas cinco mil plazas de aparcamiento de bicis en toda la ciudad, incluyendo las grandes estaciones de interconexión de bus y tranvía.
Por otra parte, la ambiciosa política de transporte público de la ciudad de Nantes ha supuesto el efecto esperable: todos los indicadores de contaminación atmosférica (NO2, PM10 y ozono) están por debajo de los niveles de riesgo, tal y como se puede comprobar en directo en una web pública sobre la calidad del aire. Y las emisiones de CO2 han disminuido en 4,77 toneladas per cápita.
Aviso: riesgo de alergia
No sólo se controla la polución del aire con respecto a los principales contaminantes. En Nantes, desde el año 2003, se miden también los niveles de polen con un sistema de monitoreo de las principales plantas causantes de alergia. El sistema avisa a los médicos especialistas de la zona, que pueden así prever los cambios necesarios en la medicación de los pacientes para minimizar los efectos sobre la salud. Además, se han publicado listados de las plantas que se debe evitar tener cerca, y se tienen en cuenta estos criterios a la hora de renovar el arbolado y los jardines de la ciudad.
L’Île de Nantes, de zona industrial a eco-barrio modelo
Como muchas otras ciudades portuarias, la industria naval ha sido muy importante en Nantes. Pero los astilleros principales cerraron el año 1987, y de pronto la ciudad se encontró con una gran isla de 350 hectáreas en medio del área metropolitana.
L’Île de Nantes había tenido una gran variedad de usos: astilleros, hangares e industrias asociadas al puerto, grandes vías ferroviarias y edificios residenciales de diversa antigüedad. Gracias a importantes ayudas de la Unión Europea, se pudo poner en marcha un proceso global de reconversión para hacer de este pedazo de tierra rodeado por el Loira un eco-barrio que combinara habitabilidad, empleo, comercio e instalaciones de servicios. Ahora ya tiene 18.000 residentes en 10.000 viviendas y 16.000 puestos de trabajo, y continúa creciendo.
Por ejemplo, unas antiguas fundiciones son ahora un jardín y pisos residenciales, otra nave acoge un vivero de nuevas empresas, y los astilleros se han reconvertido en un centro cultural y de interés turístico. Se está construyendo un centro internacional de negocios y se estudia como reaprovechar los espacios de otras industrias que han cerrado o se han trasladado a otros lugares, como el caso de una refinería de azúcar o una planta de fertilizantes.
La idea es aumentar la densidad de población en el centro de la ciudad, donde se pueden ofrecer mejores servicios y reducir la movilidad y, por el contrario, detener los planes de crecimiento hacia las afueras, y sobre todo fuera del ámbito de la red de transporte público.
Hora de explicarlo a todo el mundo
Las autoridades de Nantes tienen previsto un gran plan de difusión durante la capitalidad verde europea para dar a conocer todas estas iniciativas en todo el continente. Y también otras medidas interesantes, como los planes de reducción de la contaminación acústica que desarrollan desde hace más de 30 años, el sistema de recogida selectiva puerta a puerta de papel y envases, o la combinación de zonas agrícolas, jardines con especies exóticas bien cuidadas que datan de los tiempos de la colonización y espacios naturales del estuario del río Loira que hacen que, en conjunto, el 60% del territorio municipal sean áreas verdes.
De momento ya anuncian conferencias y debates sobre eco-barrios, tecnología sostenible o biodiversidad urbana, exposiciones para escolares, una muestra de cine de temática ambiental y varias semanas dedicadas a diferentes aspectos de la sostenibilidad urbana.
Encontrará más información en el dossier presentado al jurado del premio Capital Verde Europea.