Así, el impulsor de Equo, Juan López de Uralde, ha señalado que «se ha perdido una oportunidad para rechazar de forma explícita el uso de la energía nuclear y establecer un Plan de cierre de las nucleares españolas». A su juicio «es una iniciativa que parece hecha para quedar bien, ante la situación de emergencia de Fukushima en lugar de plantear alternativas y propuestas concretas».
Igualmente, ha indicado que «seguridad y nuclear son dos conceptos que, como se está demostrando, son incompatibles porque la energía nuclear nunca es segura, sino que es extremadamente peligrosa, además de ocasionar otros importantes problemas como son la dependencia exterior y la generación de residuos radiactivos».
Por otro lado, ha subrayado que está a favor de que se hagan pruebas de seguridad «rigurosas» a las seis centrales nucleares españolas (ocho reactores), pero como medida transitoria hasta que se cierren todas estas instalaciones.
Finalmente, Equo critica la «falta de rigor» del grupo socialista cuando propone que las centrales se cierren «cuando acabe su ciclo de vida» al tiempo que aprueba el alargamiento de la vida útil de Garoña, una instalación concebida para durar 25 años y que cumple 40 años en 2011. En este sentido, para Equo «es urgente el cierre inmediato de Garoña porque su mantenimiento supone un riesgo inasumible e irresponsable».
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