Para la presentación de sus candidaturas, las ciudades tendrán que acreditar un historial de niveles medioambientales elevados, contar con planes para seguir superando estos niveles y tener la capacidad de actuar como ejemplo para el intercambio de experiencias y conocimientos, siendo estos criterios los tres ejes fundamentales del premio.
Tras afinar su proceso de selección de candidaturas, la Comisión Europea ha introducido modificaciones en los indicadores medioambientales utilizados para evaluar cada propuesta. A partir de ahora se valorarán las contribuciones que las ciudades de Europa estén haciendo a la Estrategia 2020 de la Unión Europea en aras de crecimiento inteligente, sostenible e integrador. Dos de los doce indicadores abarcarán la ecoinnovación, el empleo sostenible y el rendimiento energético.
Otra modificación será que los ganadores se anunciarán en junio y sólo se elegirá un único ganador, rompiendo la práctica de los primeros dos ciclos del premio, que seleccionaba a los ganadores por dos años consecutivos. Esto ofrecerá a los ganadores dieciocho meses para hacer los preparativos necesarios. Además, el nuevo calendario garantizará una mayor visibilidad de los premios, ya que el ganador será anunciado en verano y el cambio de bastón de una Capital Verde a otra no se hará hasta diciembre.
Nuevo papel del jurado
La última innovación será la mejora del papel del jurado. Este año, el jurado elegirá al ganador después de que un grupo de expertos le presente una selección de tres o cuatro ciudades. Esta elección se hará en función de la puntuación que obtengan los candidatos conforme a los distintos indicadores. El jurado oirá las presentaciones de las ciudades preseleccionadas y elegirá a la ganadora de acuerdo con el programa de acción propuesto, la estrategia de comunicación y la capacidad para ser un ejemplo para otras ciudades.