Los trabajos culminaron en la segunda mitad de 2010, ante la «gran erosión en su margen izquierda a su paso por el término municipal de Candelada», ya que había provocado cambios fundamentales a lo largo de su trazado en la zona aluvial, como el encajamiento del lecho abandonado el río los múltiples canales secundarios de crecida que se encontraban conexionados al cauce principal y motivando la reducción general del área inundable, incrementada en algunos puntos como consecuencia de la ocupación del cauce por el hombre y la construcción de más de 1.800 metros de diques-escollera.
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