Presentada de manera más gráfica, la etiqueta obligatoria en todos estos productos distribuidos en España, permitirá a los consumidores conocer de forma más rápida el consumo de energía anual de un electrodoméstico y compararlo con otros a la hora de la compra. En materia de eficiencia global, se añaden las categorías A+, A++ y A+++, y desaparecen las E, F y G (un equipo de clase A -alta eficiencia- respecto a uno de clase D -baja eficiencia- consume menos de la mitad de energía).
· Desde la Asociación General de Consumidores, ASGECO Confederación, venimos desde hace años animando a los consumidores a tener en cuenta estas informaciones, considerando que el sobrecoste que representa a la hora de la compra se recuperará en poco años de uso, por ahorro de energía (estos aparatos suponen el 13% del consumo de energía en los hogares), pero también de agua en el caso de las lavadoras y lavavajillas.
· Además, les recordamos los distintos “Plan Renove” en vigor en varias comunidades autónomas, que conceden ayudas que oscilan entre los 50 y 125 euros para que pueda sustituir su frigorífico, congeladores y combinados, lavadoras, hornos, lavavajillas y cocinas eléctricas por equipos nuevos con etiquetado energético A o superior.
· ASGECO Confederación quiere sin embargo incidir en el problema que se plantea al no existir ningún organismo que etiquete los electrodomésticos, siendo las propias marcas las que, a través de laboratorios homologados, realizan pruebas para establecer el consumo de cada uno de ellos.
· En estas pruebas que realizan los laboratorios la ley permite un margen de error de hasta un 15 %, por lo que en muchas ocasiones las clases energéticas mencionadas en las etiquetas no se corresponden con las reales, situando los electrodomésticos en una clase mayor a la que les corresponde. Es por esto que ASGECO Confederación emplaza a modificar ese margen de error y a establecer uno más bajo para que realmente cada electrodoméstico esté situado en la clase que le corresponda.
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