Desde hace décadas muchos ciudadanos, asociaciones ciclistas y ecologistas venimos exigiendo a la administración la creación de carriles-bici para el uso de este medio de transporte. Además de la implantación de estos carriles en las vías existentes, hemos pedido en distintas ocasiones y foros que en el diseño de las calles de nueva construcción se incluya sistemáticamente esta infraestructura.
Aunque los múltiples beneficios que el uso de la bicicleta reporta son sobradamente conocidos, las trabas que últimamente está poniendo el gobierno municipal y las opiniones de algunos ciudadanos que cuestionan la oportunidad de su implantación, indican la necesidad de recordarlos una vez más.
La mayor parte de las críticas o dudas son de índole económica por lo que nos centraremos en este aspecto del uso de la bicicleta.
Resulta paradójico, a la vez que desalentador, comprobar que mientras aquí perdemos el tiempo en debates estériles, países con economías mucho más solventes que la nuestra, como Holanda, Alemania, Bélgica o Francia, hace años que tienen claro que fomentar y apoyar el uso de la bicicleta repercute positivamente en la economía y en la calidad de vida de los ciudadanos. La bicicleta es el medio de transporte diario de 20 millones de ciudadanos de la Unión Europea.
La apuesta por el uso de la bicicleta como medio de transporte puede reducir un 13% nuestro consumo energético. España no produce petróleo, pero gasta una parte considerable de su presupuesto en importar hidrocarburos, por lo que no consumirlo repercutiría de forma positiva en nuestra economía.
Según los expertos en salud (OMS), las emisiones de los tubos de escapes son causantes o agravantes de patologías como cáncer, enfermedades respiratorias, enfermedades cardiovasculares, etc.. El tratamiento y las bajas laborales producidas por estas enfermedades suponen una parte importante del gasto sanitario. Por el contrario el uso de la bicicleta mejora nuestra forma física y por tanto nuestra salud. Reducir el uso del automóvil supone un ahorro considerable en el gasto sanitario.
Las emisiones a la atmosfera producidas por los automóviles son una de las causas principales del cambio climático. A nivel científico es unánime la opinión de que el cambio climático traerá consigo graves repercusiones en la economía debido a las alteraciones climáticas, meteorológicas, sanitarias, ambientales, etc. por lo que evitar emisiones es contribuir a mejorar nuestra economía.
La reducción del tráfico conlleva una disminución de la contaminación tanto atmosférica como acústica. El ruido es una de los aspectos que más desagrada a los turistas que nos visitan. Reducir la contaminación tiene un efecto positivo en el turismo que actualmente es una fuente de ingresos muy importante para nuestra ciudad.
Disminuir el número de coches en nuestras calles permite que el transporte público sea más eficiente, puntual y por tanto atractivo para los usuarios actuales. Pero además son muchas las personas que dejaron de usarlo precisamente por la falta de eficiencia y puntualidad, usuarios que regresarían si mejorara el servicio. El aumento de viajeros supondría un ahorro considerable en el presupuesto municipal.
En la actualidad son muchas las personas que debido a su situación económica no pueden permitirse tener un coche o se ven obligadas a reducir su uso. La bicicleta se ha convertido en una forma de transporte y ahorro. Los usuarios de la bicicleta tienen derecho a un uso seguro y eficiente de este vehículo. Habría que preguntarles a ellos si el uso de la bicicleta es positivo para su economía o no.
La creación de carriles-bici conlleva la contratación de trabajadores de la construcción, sector que atraviesa las penurias por todos conocidas, por lo que tiene una repercusión positiva directa sobre el mercado laboral. Solo habría que controlar que el presupuesto consignado para tal fin no sea saqueado por cualquiera de las tramas corruptas que han asolado nuestro país en los últimos años. Existen estudios que indican que la apuesta por la movilidad sostenible podría emplear a casi 450.000 personas en 2020.
Las dudas manifestadas por algunos comerciantes serían fácilmente disipadas si comprobasen la repercusión positiva que tiene este medio de transporte en establecimientos similares de otros países o ciudades españolas. Si aun así no se convencen seguramente las grandes superficies estarán encantadas de que los trazados de los carriles-bici pasen por sus centros comerciales. Los usuarios de la bicicleta suman no restan clientes.
Ciudades como Sevilla, Barcelona, Zaragoza, Córdoba, Vitoria, San Sebastián, Gijón, son algunos ejemplos del éxito de la bicicleta en nuestro país cuando es apoyada y bien gestionada.
En otro tiempo, mucho más próspero para nuestra ciudad, Jerez fue pionera en la llegada a nuestro país de los últimos avances en medios de transporte, caso del ferrocarril. Hoy no solo no somos los primeros sino que nos resistimos a una realidad de sobras constatada.
Se están utilizando argumentos totalmente demagógicos para oponerse a este proyecto. Se ha llegado a decir que el dinero se destine a otro fin, algo que para cualquiera que conozca mínimamente las condiciones de las ayudas comunitarias sabe que eso no es posible.
Desde el gobierno municipal se argumenta que es imprescindible el consenso en este tema para proceder a la ejecución del proyecto. Resulta inexplicable que en temas que socialmente crean mucha más controversia no hicieran lo propio. Es el caso de la privatización de la gestión del agua, que contaba con la oposición frontal de la mayor parte de la sociedad jerezana.
Por otro lado resulta sorprendente que un gobierno municipal que no tiene reparos en gastar mucho dinero público para que la vuelta ciclista a España pase por Jerez, argumentando que tiene una repercusión positiva en la economía de la ciudad, ponga trabas a una infraestructura que mejoraría la seguridad de muchos ciudadanos y no sea capaz de ver el efecto positivo que las primeras economías de Europa hace años que descubrieron.