Mañana, 22 de marzo, se celebra el Día Mundial del Agua, una efeméride gestada por las Naciones Unidas cuyo principal objetivo es abordar los problemas relacionados con los recursos hídricos. La FAO prevé que para el año 2025, dos tercios de la población mundial pueda vivir bajo condiciones de estrés hídrico.
Mañana, 22 de marzo, se celebra el Día Mundial del Agua, una efeméride gestada en 1993 por las Naciones Unidas con el fin de abordar los problemas relacionados con los recursos hídricos.
Y es que, si bien más del 75 por ciento de la superficie terrestre está cubierta por agua, solo entre un 2,5 y un 3 por ciento es dulce o consumible. Y de este porcentaje, las tres cuartas partes se encuentran en los glaciares y grandes montañas, dividiéndose el resto en aguas superficiales, como lagos, ríos y aguas subterráneas.
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), cerca de 1.600 millones de personas habitan en países o regiones con una absoluta escasez de agua, previéndose que, para el 2025, dos tercios de la población mundial pueda vivir bajo condiciones de estrés hídrico.
La conmemoración del Día del Agua se hará este año bajo el lema “Agua y Energía”, dos cuestiones estrechamente vinculadas entre sí, toda vez que la generación y transmisión de energía requiere en muchos casos de la utilización de los recursos hídricos (centrales hidroeléctricas, térmicas o nucleares).
Los objetivos pretendidos con esta fecha pasan por la creación de conciencia en torno a las interrelaciones entre el agua y la energía, la contribución a un diálogo político centrado en esta temática, identificando las partes interesadas y participando activamente en el desarrollo del mismo, la demostración de que los enfoques integrados y soluciones a los problemas energéticos del agua pueden lograr mayores impactos económicos y sociales, y la habilitación de políticas en las cuales las Naciones Unidas, en especial ONU-Agua y ONU-Energía, puedan ofrecer contribuciones de interés.
