No al tabaco, pero….
¿Tabaco calentado menos peligroso que los cigarrillos? Poder fumar limitando el impacto nocivo en la salud de los fumadores es el horizonte al que apuntan los principales fabricantes de cigarrillos. Para ello invierten millones en innovación. Con el objetivo de crear una alternativa a los cigarrillos convencionales. Que no solo deben ser creíbles, sino que además tienen que ser accesibles económicamente. Ya si fuera sana, sería la caña.
El mercado desde hace unos 10 años cuenta con varias opciones. Los cigarrillos electrónicos son una de ellas. Este es un adminículo que se distribuye muy ampliamente en España desde hace varios años. Pero sigue siendo un sustituto del tabaco. Y muchos consumidores aseguran que el sabor es muy diferente al del cigarrillo real. En 2014, los gigantes del sector relanzaron la tecnología de calentar tabaco. Que ya había sido probada sin éxito treinta años atrás.
Calentar sin quemar
Su apariencia recuerda a un cigarrillo electrónico clásico. Pero en lugar de inhalar un vapor aromatizado como los vapeadores, se emplea tabaco clásico, mezclado con glicerina. La gran diferencia con un cigarrillo clásico es que el tabaco no se quema. Sino que simplemente se calienta a más de 300°C, mediante el empleo de una resistencia eléctrica.
Esta ausencia de combustión es el principal argumento ‘positivo’ de los fabricantes. Porque evita la producción del clásico humo. Que es el que al ser aspirado introduce en el organismo una decena de agentes muy tóxicos. Este humo está compuesto por monóxido de carbono, alquitrán, hidrocarburos policíclicos y hasta mercurio.
Estudios científicos
En el lanzamiento del dispositivo de tabaco calentado se prometía una reducción del 90% en la nocividad de los cigarrillos tradicionales con este proceso. Pero desde entonces, varios estudios han cuestionado y puesto en entredicho esta suposición. ¿Tabaco calentado menos peligroso que los cigarrillos?
En mayo de 2017, un grupo de investigadores suizos publicó un estudio independiente. En él se destacaba que lo prometido en el lanzamiento no era completamente veraz. Porque la cantidad de sustancias tóxicas presentes en el aerosol liberado por estos cigarrillos era bastante mayor que lo anunciado.
Y esto se debe a la técnica utilizada para calentar el tabaco. Para ello se emplea la pirólisis. Que consiste en producir calor intenso sin oxígeno. Y que en el caso de estos cigarrillos es generado por la resistencia eléctrica. Pero este proceso libera monóxido de carbono e hidrocarburos aromáticos policíclicos. Y ambos son compuestos cancerígenos y tóxicos.
La cantidad de estos productos que se genera es menor que en los cigarrillos normales. Pero sigue siendo muy preocupante. Además, el tabaco calentado liberaría una gran cantidad de acroleína, que es una sustancia muy tóxica e irritante. El equivalente al 82% de la que contiene el humo de un cigarrillo convencional.
Todos son tóxicos
Según los autores del estudio suizo el residuo liberado por este dispositivo de tabaco calentado sigue siendo altamente tóxico. Porque contiene una cantidad alarmante de elementos resultantes de la pirólisis y la degradación termoquímica. Y estos son los mismos compuestos nocivos que se hallan en el humo del cigarrillo convencional.
Este primer estudio fue respaldado por otro publicado por la European Respiratory Society. En el mismo se comparaba los grados de toxicidad del humo del cigarrillo, el vapor de los cigarrillos electrónicos y el del tabaco calentado. Y concluía que el tabaco calentado no es menos tóxico para las células pulmonares que los cigarrillos o el vapeo. Y que en definitiva cualquiera de las opciones es perniciosa para la salud. ¿Tabaco calentado menos peligroso que los cigarrillos?