Lo ha hecho con una intención clara: llamar la atención sobre la falta de eficacia de las políticas que se han aplicado en los últimos años en el mundo para reducir el hambre
Con esta declaratoria, se busca promover políticas activas a favor del desarrollo sostenible.
El 2014 fue declarado por la ONU como el año de la agricultura familiar, es decir, aquella forma de producción que incluye el cultivo y protección de los bosques, la acuicultura y la producción agrícola, generalmente liderada por hombres, pero en la cual también sobresale el trabajo de mujeres cabeza de hogar.
Lo ha hecho con una intención clara: llamar la atención sobre la falta de eficacia de las políticas que se han aplicado en los últimos años en el mundo para reducir el hambre. Pese a los avances tecnológicos, la producción a pequeña escala sigue siendo la principal fuente de producción de alimentos.
Según José Graziano da Silva, director de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), más del 80 por ciento de las explotaciones agrícolas de Suramérica corresponden a agricultura familiar, actividad que produce cerca de un 70 por ciento de los alimentos de consumo interno en los países de América Latina y genera un porcentaje similar en empleo agrícola.
Esto se produce mientras la población mundial está en continuo crecimiento. Se espera que para el año 2025 alcance los 8.000 millones de personas, lo que implica que la demanda por alimentos seguirá creciendo, en medio de recursos naturales cada vez más escasos.
Por eso, según FAO, apoyar a este sector de la producción “puede convertirse en una herramienta para la promoción de políticas activas a favor del desarrollo sostenible. De paso, se transforma en una estrategia contra la pobreza, mientras se respetan el medioambiente y la biodiversidad.