Resulta evidente que la Revolución Industrial trajo consigo ventajas para la agricultura, permitiendo la mejora de las condiciones de trabajo mediante la incorporación de maquinaria que ha facilitado y agilizado las tareas, así como el desarrollo de nuevos materiales que han optimizado la labor en el campo
Tras más de tres años trabajando en el ámbito del compostaje doméstico, que ha extendido a 120 entidades, procediendo al reparto de unos 4.000 compostadores, Sogama considera que ha llegado el momento de impulsar la agricultura ecológica por sus beneficios medioambientales y para la salud, pero también por su bajo coste económico y energético.
Es por ello que ha decidido publicar una guía, a disposición de todos los interesados en su página web http://www.sogama.es/gl/info/publicacions para que éstos puedan mejorar la producción de sus huertos conforme a los parámetros que definen la agricultura ecológica, entendida como “aquel sistema de producción que evita o excluye el uso de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, utilizando la rotación de cultivos, la adición de subproductos agrícolas, estiércol, adobos verdes, residuos orgánicos y rocas o minerales triturados sin transformar, y controlando biológicamente las plagas”. Todo ello permitirá mantener la productividad del suelo y del cultivo, proporcionando los nutrientes adecuados para las plantas y consiguiendo el control de parásitos, hierbas espontáneas y enfermedades, sin agredir ni deteriorar el entorno ni, por supuesto, a los consumidores.
Resulta evidente que la Revolución Industrial trajo consigo ventajas para la agricultura, permitiendo la mejora de las condiciones de trabajo mediante la incorporación de maquinaria que ha facilitado y agilizado las tareas, así como el desarrollo de nuevos materiales que han optimizado la labor en el campo, pero no menos cierto es que también produjo efectos negativos debido a la utilización masiva e indiscriminada de productos tóxicos que supusieron la contaminación y deterioro de numerosos ecosistemas, afectando a la salud de las personas. Además, el abuso de fertilizantes químicos originó igualmente la contaminación del agua, perdiéndose para siempre una enorme variedad de plantas.
Como consecuencia de todo ello, han quedado en el olvido técnicas sencillas, útiles y beneficiosas para la agricultura, que ahora deben ser retomadas con el fin de garantizar la sostenibilidad ambiental a largo plazo. Porque lo que se propone realmente es producir alimentos de calidad y con el máximo sabor, a la vez que se establece un equilibrio ecológico para proteger la fertilidad del suelo o evitar problemas de plagas.
ESTRUCTURA DE LA GUÍA
El contenido de la guía aborda todas las técnicas y procedimientos a seguir para asegurar una producción ecológica con las máximas garantías. Con tal motivo, proporciona claves sobre el suelo, es decir, cómo crear un buen suelo y trabajar el terreno; sobre los sistemas de riego; sobre la planificación del huerto (jugando con su diseño, con el sol y la sombra, con el tamaño y forma de las camas, …); sobre la preparación de las simientes (ponerlas a punto, cuáles usar, métodos a utilizar); sobre las asociaciones y rotaciones de cultivos; sobre el acolchado; sobre las técnicas de fertilización y cómo aplicar el compost y otros abonos orgánicos; y sobre las plagas y enfermedades.
El documento concluye con una serie de fichas de cultivos de gran utilidad para los usuarios.
PRINCIPIOS Y FINES
Hay una serie de principios que sustentan la agricultura ecológica. Se trata de conocer y trabajar de acuerdo con los ecosistemas y respetar los ciclos biológicos del ámbito agrario, mantener y potenciar la fertilidad del suelo a medio y largo plazo y, en la medida de lo posible, apostar por la utilización de recursos energéticos renovables.
Pero también debe tenerse en cuenta que este tipo de agricultura debe perseguir unos determinados fines. Por ejemplo, producir en cantidad suficiente para satisfacer las necesidades de alimentos de alta calidad nutritiva, poner todos los medios para evitar cualquier forma de contaminación, mantener la diversidad genética del sistema agrario y de su entorno mediante la conservación de especies animales y vegetales, y considerar la importancia de los impactos social y ecológico sobre el ámbito agrícola en lo que se refiere a la población y al nivel de vida alcanzado.
BENEFICIOS
El suelo se ve beneficiado por la agricultura ecológica, ya que la rotación de cultivos, los cultivos mixtos, las asociaciones simbióticas, los cultivos de cubierta, los fertilizantes orgánicos y la labranza mínima, mejoran su formación y estructura, propiciando sistemas más estables. Asimismo, se incrementa la circulación de los nutrientes y la energía, mejorando la capacidad y retención del agua, reduciendo en buena medida el peligro de contaminación subterránea, minimizando la erosión e incrementando la biodiversidad. Es decir, se consiguen suelos más productivos.
También se reduce la utilización de energía no renovable al disminuir la necesidad de sustancias agroquímicas, cuya producción requiere una gran cantidad de combustibles fósiles. Es por ello que contribuye a mitigar el efecto invernadero y el calentamiento global mediante su capacidad de retener carbono en el suelo.
NORMATIVA
La agricultura ecológica en Europa está sujeta a Reglamentos Comunitarios que son de obligado cumplimiento por todos los Estados miembros: el Reglamento (CE) Nº834/2007, EL Nº889/2008 y el Nº1325/2008, todos ellos con sus posteriores modificaciones y desarrollos.