Es sabido por todos, que las dietas milagro no son más que eso, milagros, y que por lo tanto si queremos conseguir resultados, lo más aconsejable es una alimentación saludable, deporte y vida sana.
Recupera una alimentación saludable tras las fiestas sin privarte de los pequeños placeres.
Ha llegado el día en que las fiestas son lo suficientemente lejanas como para no tener muy presente lo mucho que las hemos disfrutado, pero no lo suficiente como para habernos repuesto de sus consecuencias. No nos arrepintamos de lo vivido, simplemente debemos recuperar los hábitos saludables.
En primer lugar: OLVÍDATE DE LAS DIETAS MILAGRO. No nos gusta escribir en mayúsculas, pero este asunto es muy importante para nuestra salud. Las dietas milagro son más negativas que positivas; la clave para mantener un peso saludable es una alimentación sana y equilibrada, no un ataque de choque en un momento puntual. Estas dietas suelen tener un efecto rebote, peor que el estado anterior. Y, además, pueden derivar en consecuencias graves en nuestra salud.
Debes sentirte a gusto con la alimentación que mantienes, porque si te sientes obligada o cohibida tardarás poco en dejarla de lado y comer alimentos que no sean demasiado saludables. Si alguna vez te apetece un dulce o capricho, date el gusto de permitírtelo, siempre que sea con mesura, es mejor satisfacer un antojo en un momento dado, que autocensurarse hasta explotar y pegarse el atracón.
Párate delante de tu despensa y echa un vistazo: ¿Qué productos podrías sustituir por otros más saludables? Escoge tentempiés como fruta o tostadas integrales, puedes ponerles un poco de paté vegetal para satisfacer tu paladar sin dejar de lado la línea. Descubrirás que puedes disfrutar comiendo saludablemente.
Aprecia cada comida que hagas, siéntate a la mesa, en una posición cómoda y con la tele apagada. Es muy importante que disfrutes del plato que tienes delante con calma, si no prestamos atención, engullimos la comida y comemos más de lo que nos haría falta. El cerebro necesita un tiempo para avisar al resto del cuerpo de que está saciado, si comemos con prisas, ese mensaje lo recibimos más tarde de lo óptimo.
Por último, si en algún momento te sientes baja de ánimos, evita calmarte con la comida; aprovecha para dar un paseo, toma un café con una amiga o sal a correr. Esta opción es la mejor, pues haces deporte y liberas estrés en una sola actividad.
Pon a prueba estos consejos y ya verás cómo es muy fácil cambiar a unos hábitos más saludables. Si tenéis más ideas estaremos encantadas de que las compartáis con nosotras y con el resto de lectoras.
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