Compra peluches, NO animales. Ante el requerimiento de algún animalito como regalo en estas fiestas, es el momento justo para explicarles a los más pequeños la importancia de tener un ser vivo a nuestro cargo. Y las responsabilidades que ello implicará.
Tener animales no es un juego
A priori resulta muy bonito que los niños nos pidan un ‘bichito’ de obsequio. Pero ellos (y para nosotros) debe quedar claro que no son juguetes. Que los animales sienten y que, así como disfrutan, también sufren. Por lo que debemos estar preparados para aceptar su carácter, sus trastadas (especialmente si son pequeños), sus males, sus necesidades y acompañarlos durante toda su existencia.
Todos los integrantes de la familia deben tener claro que un animal no se cambia por otro. No se devuelve y mucho menos se desecha cuando deja de ser un cachorro gracioso. Por lo que, antes de tener una mascota de la clase y raza que sea, será necesaria una reflexión profunda, puesto que habrá que cumplir con unos requerimientos durante toda su vida.
Otro tema muy importante es el de las alergias, una afección que padece un porcentaje muy importante de niños y adultos. Así que lo mejor es asegurarse con tiempo que nadie de la familia la padece, en lo posible entrando en contacto de manera prolongada con un animal similar al que pensamos tener. O haciendo una consulta médica. De esa forma evitaremos los abandonos, que son traumáticos para los animales y muchas veces para los niños u otros familiares.
Ya sea un perro, un gato, una tortuga, un conejo o un ratoncito, todos ellos necesitan una serie de cuidados diarios. Alimentación, abrigo, velar por su salud, limpieza, paseos si fuese necesario y, sobre todo, y lo más importante será integrarlos en la familia y darles todo el cariño y el respeto que se merecen. Si no están preparados o dispuestos a ello, lo mejor es comprarles a los niños un bonito peluche.
No olvidar
La mayoría de los animales necesita unos cuidados veterinarios determinados. En el caso de los perros, gatos, conejos y hurones hay que ponerles vacunas anuales y desparasitarlos (tanto interna como externamente) cada un cierto tiempo. Además, deberemos cuidar su aseo y corte de pelo, esterilizarlos y hacerles revisiones periódicas para comprobar su estado de salud.
Si nos vamos de vacaciones lo mejor es hacerlo con nuestros animales. En caso de que no sea posible, debemos tomar todas las previsiones del caso, para que ellos estén bien. Ya sea dejándolos en una residencia especializada, en casa de alguien de mucha confianza o cerciorándose de una persona responsable, vendrá a verlos cada día. Y que cumplirá con todas sus necesidades (alimenticias, de limpieza, lúdicas y afectivas).
Adopta, NO COMPRES
Si la familia se ha puesto de acuerdo y han decidido darle la bienvenida a un nuevo integrante, lo fundamental es no comprarlo. Hay miles de animalitos buscando una familia que los quiera en las perreras, refugios y protectoras. Y piensa que, si bien los bebés son muy monos, con un adulto no tendrás sorpresas, puesto que sabrás desde un principio cuál es su carácter, gustos, afecciones y costumbres.
Lamentablemente, hay un gran negocio detrás de la crianza de animales. Por lo que muchas madres de cría (de todas las especies) se pasan la vida hacinadas en corrales o jaulas pariendo sin parar. Únicamente para surtir de cachorritos al mercado. Y muchas de las razas más comunes de perros, gatos y hasta de conejos padecen enfermedades adquiridas por los cruzamientos consanguíneos. No seas cómplice de este maltrato animal, ¡NO compres, Adopta! Compra peluches, NO animales.