Sí habrá mascotas prohibidas: las exóticas. Desde que se anunció la nueva Ley de Bienestar Animal, se ha desatado una ola de bulos muy importante. Acostumbrados a las prohibiciones, muchos españoles se han creído a pie juntillas que ya no podrían tener periquitos, conejos, agapornis o hámster. Y en realidad lo que dice la ley es muy diferente.
Lo que habrá serán Listados Positivos de la Ley Animal. Es decir, un catálogo de especies cuya tenencia como animales de compañía sí estará permitida. Y que se creará bajo los auspicios y consejos de expertos y científicos. Lo que busca este listado es regular el gravísimo problema que representan en nuestro país los animales exóticos.
El problema de los exóticos
La elección de un animal exótico como animal de compañía se ha convertido en las últimas décadas en una práctica cada vez más frecuente entre la ciudadanía. Ello ha dado lugar a una problemática compleja y de muy diversas ramificaciones. Que ha derivado en graves consecuencias para el bienestar animal, la seguridad ciudadana, la salud pública, el medioambiente y la biodiversidad.
Los animales exóticos tienen unas necesidades muy complejas y requieren de unos cuidados enormemente especializados, imposibles de satisfacer por la inmensa mayoría de propietarios particulares. Se trata en una gran proporción de los casos de especies no aptas para la vida en un entorno doméstico, abocadas así a una vida de perpetua privación de sus necesidades fisiológicas, etológicas y sociales más básicas.
Riesgos
Las especies exóticas suponen un riesgo para la seguridad ciudadana debido en muchos casos a su naturaleza depredadora, agresiva o venenosa. Así como para la salud pública, al tratarse de fuentes potenciales de transmisión de enfermedades zoonóticas. Algo de lo que en los últimos años vienen alertando multitud de estudios científicos. Que apuntan además al comercio de animales exóticos para el mercado de animales de compañía como una de las principales causas de propagación de las enfermedades transmisibles de animales a personas.
Además, las especies exóticas pueden suponer un grave riesgo para la biodiversidad y el medio ambiente. Por un lado, los animales que terminan en las redes de comercio internacional de animales han sido en muchos casos capturados del medio natural, sometiendo así a las poblaciones originales a un espolio que deriva en situaciones críticas de riesgo de supervivencia para la propia especie.
Por otro lado, son muchos los casos en que los animales exóticos escapan o son liberados. Con las catastróficas consecuencias que su adaptación al medio supone para los ecosistemas locales (y las arcas públicas), porque en muchos casos acaban convirtiéndose en especies invasoras. Sí habrá mascotas prohibidas: las exóticas.