El trabajo, que se publica en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS), podría implicar el desarrollo de una vía para librar de dióxido de carbono la atmósfera.
Los científicos, dirigidos por Dennis Kent, descubrieron varias regiones en la Provincia Magmática del Atlántico Central submarina cerca de la costa este estadounidense que podrían convertirse en sumideros seguros de grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2).
Según señalan los autores, estas rocas de 200 millones de años de antigüedad están constituidas por basalto volcánico, que puede absorber CO2 y dar lugar a minerales duraderos.
El análisis de los investigadores de esta provincia, que se extiende por la línea de costa de América del Norte, reveló tres localizaciones principales: una en la costa de Georgia y otras dos cerca de la ciudad de Nueva York. Cada uno de estos reservorios está cerca de grandes centros industriales metropolitanos y enterrados bajo gruesos sedimentos.
Los científicos señalan que las formaciones tienen una gran capacidad de almacenamiento para el CO2 drenado procedente de fábricas y generadores, son estables y no dejarían escapar fugas del gas.
Los investigadores sugieren que se deberían analizar en tierra formaciones geológicas similares en todo el mundo y que las grandes formaciones bajo el mar podrían utilizarse para retener carbono cuando estuviera accesible la tecnología necesaria.
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