«Roche no puede o no quiere confirmar la procedencia de unos 300 órganos utilizados para esos ensayos», afirmaron los organizadores, según los cuales el 90% de ese tipo de operaciones en China proviene de prisioneros condenados a muerte.
Consultado por la agencia AFP, Roche indicó que ensayaba su medicamento Cellcept en pacientes en China, pero que no tenía derecho a conocer el origen de los órganos transplantados, según una portavoz.
«El problema (de las ejecuciones) es conocido desde hace muchos años y trabajamos para mejorar la situación», con el objetivo de que las autoridades chinas se conformen a las normas internacionales en materia de donación de órganos, precisó la portavoz.
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