La mayoría de los delegados que han participado en el encuentro, organizado por Francia en calidad de presidenta del G-20, se han pronunciado a favor de que se realicen pruebas de resistencia que determinen hasta qué punto las plantas atómicas pueden soportar grandes desastres, como el terremoto y el tsunami que se produjeron en Japón el pasado 11 de marzo y que causaron graves daños en la central Fukushima-1.
La ministra de Medio Ambiente francesa, Nathalie Kosciusko-Morizet, ha dicho en una rueda de prensa que, ante la crisis desatada en Fukushima-1, que ha estado emitiendo radiación perjudicial para la salud de las personas y el entorno, «ha surgido la necesidad de sacar lecciones y mejorar las normas y la cooperación en el ámbito de la seguridad nuclear».
En la cumbre celebrada el pasado mes de mayo en Francia, los dirigentes de los países G-8 llegaron a la conclusión de que el sector nuclear necesita normas de seguridad más estrictas. Actualmente no existen unas normas internacionales obligatorias sobre seguridad nuclear, solo recomendaciones de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) de cuya aplicación se encargan las autoridades nacionales.
Los delegados gubernamentales reunidos en París este martes también se han mostrado de acuerdo en que hay que reforzar el papel de la AIEA en el ámbito de la seguridad.
El encuentro, organizado también por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), tiene como objetivo que los principales países productores de energía atómica hallen puntos en común de cara a la reunión ministerial de la AIEA que se celebrará entre el 20 y el 24 de junio en Viena.
ECOticias.com – ep