El Parlamento Europeo ha impuesto una serie de nuevas medidas, ya acordadas con el Consejo, para endurecer los objetivos de reducción de las emisiones de CO2 de los camiones, dado que son considerados unos de los mayores emisores de GEI.
Por otra parte se impondrán cuotas de camiones electricos a las empresas que deberían servir para promover la descarbonización del sector del transporte, pero no todos están conformes con estas medidas, por varias razones.
Para los fabricantes es necesario que se implanten otro tipo de soluciones eficientes y eficaces, que permitan el despliegue de camiones eléctricos que se está pidiendo, pero para el que no se plantean más que normas y exigencias.
Camiones menos contaminantes
La división de vehículos comerciales de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) reclamó hoy a la Comisión Europea soluciones globales para facilitar el despliegue de camiones eléctricos en la UE a fin de poder cumplir con los objetivos vinculantes de reducción de CO2 en 2030. Los constructores están obligados a reducir en un 45 % las emisiones de dióxido de carbono de sus flotas en 2030, con relación a los niveles de 2020, y temen no poder alcanzar esos hitos con la actual hoja de ruta legislativa.
La normativa actual contempla una revisión de la legislación en 2027, pero los fabricantes de camiones creen que ésta llegará demasiado tarde y reivindican entablar ya un diálogo con el Ejecutivo comunitario para abordar sus preocupaciones. «Estamos poniendo en riesgo la competitividad de la industria europea», dijo hoy el presidente del consejo de vehículos de ACEA y máximo responsable de Scania, Christian Levin, quien señaló que hace falta una solución general porque «no hay una bala de plata».
Según los constructores, que plantean alterar la hoja de ruta para los camiones tras haber logrado postergar los objetivo de CO2 para los coches de 2025 a 2027, pasa por corregir el hecho de que los camiones eléctricos tienen una penetración media en el mercado europeo del 3,5 % y haría falta elevarla hasta aproximadamente el 35 % para cumplir con las metas de 2030.
Descarbonizar el transporte rodado en la Unión Europea
El 15 % restante podría suplirse con medidas como la formación de conductores, los biocombustibles, el biogás o la aerodinámica de los vehículos, razonan. La tasa de penetración, en todo caso, varía enormemente desde el cero por ciento en algunos casos a cerca del 1,2 % en España o Italia, el 6 % en Países Bajos y el 7 % en Suecia. De no cumplir, los fabricantes se enfrentarían a multas de «miles de millones», si bien ACEA no dispone de una estimación precisa de monto total que podrían alcanzar esas sanciones.
«No necesitamos una sola solución, sino varias», agregó Levin, quien se refirió a varios ejes de acción para poder descarbonizar el transporte rodado de mercancías en la UE. De entrada, es necesario desplegar una red masiva de puntos de carga, también de carga extra rápida. Esto requiere, a su vez, dotar de mayor capacidad a las redes eléctricas y acortar el tiempo para obtener permisos para tirar cable, que en ocasiones llega a los diez años.
«También se necesita que haya alguien dispuesto a comprar estos vehículos en condiciones comerciales», agregó el responsable de Scania y de ACEA, que pidió medidas para estimular la demanda porque los camiones eléctricos de hasta 19 toneladas ya están en el mercado. Muchos de los operadores de transporte son pequeñas empresas familiares con márgenes pequeños, del 2 o el 3 %, que no quieren experimentar con nuevas tecnologías.
Preguntado si cree que la multa impuesta en 2016 la Comisión Europea de 2.930 millones de euros a los constructores europeos de camiones por incurrir en cártel ha podido también influir en los compradores a la hora de abordar los cambios tecnológicos propuestos con menos confianza en el sector, Lavin dijo que espera que no sea así, pero no lo descartó.
Los fabricantes, a través de ACEA, también piden que se incluyan exigencias de camiones de cero emisiones en las licitaciones públicas que incluyan transporte de mercancías. «Sería más caro, pero la mayoría de los consumidores lo vería como algo positivo», señaló Lavin. Además, creen que se pueden buscar otros incentivos, como impuestos rebajados a la electricidad frente a los combustibles fósiles o favorecer las inversiones anticipadas para ampliar y reforzar las redes eléctricas.
En todo caso, las operaciones logísticas -en su mayoría con camiones, pero también con otros sistemas- tienen un coste del 7 % del PIB de la UE, mientras que en Estados Unidos ronda el 10 % y en China «mucho más», según datos de ACEA, por lo que se trata de un factor de competitividad europeo, pues la industria comunitaria de camiones es líder en todas las regiones del mundo, salvo en Asia, donde existe pugna con Japón y China. EFE / ECOticias.com