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miércoles, octubre 4, 2023

EEUU, la seguridad nuclear, y la normativa ambiental

Un análisis de esta institución desde el 2011 me mostró que la agencia y el sistema que regula ejemplifica muy bien lo que algunos eruditos llaman una » organización de alta fiabilidad», pues es una a la que no se le puede permitir fallar, pues las consecuencias serían graves.

La administración de Trump y los republicanos congresistas han llevado a cabo un amplio esfuerzo paradisminuir la huella reguladora del gobierno federal en todos los ámbitos, enfocando especialmente su atención en entes de alto perfil como la Agencia de Protección Ambiental (EPA).

Otro ejemplo de ello es la llamada Comisión de Regulación Nuclear de Estados Unidos (NRC por sus siglas en inglés) , la cual supervisa la seguridad mediante una compleja red privada de plantas de energía nuclear, instalaciones de almacenaje de combustible ya usado y otros sitios relacionados con los usos civiles de laenergía nuclear.

Un análisis de esta institución desde el 2011 me mostró que la agencia y el sistema que regula ejemplifica muy bien lo que algunos eruditos llaman una » organización de alta fiabilidad», pues es una a la que no se le puede permitir fallar, pues las consecuencias serían graves.

Los estudios han demostrado que, por ejemplo, el incumplimiento en la supervisión externa fueron factores clave que contribibuyeron a que se produjeran los desastres de Chernobyl en 1986 y en Fukushima en el 2011. Esos ejemplos muestran que hay una buena razón para evaluar cómo el clima anti-regulador de la administración Trump podría inidir en la NRC y especialmente en la seguridad nuclear en los Estados Unidos.

Una industria en evolución

La NRC conduce una investigación relacionada con los riesgos y desarrolla y aplica reglas para el diseño y operación de instalaciones nucleares a nivel nacional. Hoy está lidiando con retos mayores que determinarán el futuro de la energía nuclear en los Estados Unidos.

La industria nuclear de los Estados Unidos está luchando económicamente por competir con energía renovable y gas natural barato. Las plantas más antiguas están llegando a sus 40 años de operar con licencia, mientras que al menos 15 proyectos de construcción de reactores han sido cancelados o suspendidos desde el 2010. Los cuatro que aún están en curso han sido aplazados y ahora se enfrentan ante una posible cancelación.

Como respuesta, la industria está contando con las renovaciones de licencias por 20 años para los reactores existentes, lo cual les permite operar hasta por 60 años. A partir de diciembre del 2016, la NRC ha aprobado 87 solicitudes de renovaciones.

Ahora la agencia está preparándose para considerar solicitudes para «renovaciones de licencias subsecuentes» que podrían extender las vidas de los reactores hasta 80 años. Este prospecto determina nuevos retos. Notablemente, la NRC necesita analizar las implicaciones de seguridad de plantas de operación muy antiguas y desarrollar reglas reguladoras para manejar asuntos tales como riesgos estructurales y operacionales.

Al mismo tiempo, la industria está promoviendo nuevos diseños de reactores, los cuales los abogados dicen, serán más seguros y rentables que las plantas actuales. La NRC está construyendo un esquema para revisar y licenciar estas nuevas tecnologías no probadas – una tarea enorme y de alta seguridad.

El combustible nuclear usado es altamente radiactivo y se está acumulando en sitios de reactores a lo largo de la nación, lo que representa retos adicionales. Al llenarse la capacidad de un almacén in situ, por ejemplo, dos compañías privadas han solicitado las licencias para desarrollar «las instalaciones de almacenamiento provisionales consolidadas» en Texas y en Nuevo México que podrían mantener el combustible usado por más de 40 años.

Autorizar tales instalaciones requeriría cambios en la llamada Acta de políticas de uso de residuos nucleares, la cual actualmente solo permite la eliminación permanente del combustible nuclear ya usado. Sin embargo, la NRC ya está comprometida en nuevos asuntos para la comunicación pública de los riesgosrelacionados a estos proyectos.

El combustible usado actualmente mantenido en plantas de energía necesitaría ser empacado y movilizado largas distancias, sujetado de manera segura por décadas y finalmente movilizarse de nuevo a su sitio de eliminación final. Las comunidades también se preocupan sobre si los sitios actuales o provisionalespodrían terminar como locaciones de largo plazo para los residuos nucleares «abandonados».

Mientras tanto, el anteproyecto del presupuesto del 2018 de la administración propone la reapertura del proceso de licencias para un depósito de residuos nucleares en la montaña Yucca en Nevada. El Presidente Obama terminó el trabajo de licenciar a la montaña Yucca en el 2010, así que la NRC necesitaría reorganizar su personal y los recursos para reanudar el trabajo en el proyecto.

Los principales retos anti-reguladores

El clima anti-regulatorio actual podría afectar el NRC de varias formas. Desarrollos legislativos y ejecutivos más amplios, y un cambio reciente de liderazgo de la agencia, proporcionan los primeros indicios. Por ejemplo, una orden ejecutiva emitida en enero requiere que las agencias federales eliminen dos reglas por cada nueva regla que ellos crean.

Debido a que la NRC está designada formalmente como una agencia reguladora independiente, podría estar exenta de esta orden. Sin embargo, planteado en marzo acerca de esa posibilidad, Kristine Svinicki, Presidenta de NRC, respondió ambiguamente que aunque la agencia está «de alguna manera más allá del alcance» de tales ordenes, ella quiere «mirar al espíritu y la intención» que expresan.

Es difícil ver como la NRC puede desarrollar nuevas regulaciones para tantas actividades emergentes y mantener la industria nuclear de Estados Unidos funcionando con seguridad mientras reduce drásticamente las reglas existentes.

Mientras tanto, en el Congreso, desde el 2011 los republicanos han buscado aprobar el acta de»Regulaciones del Ejecutivo en Necesidad de Escrutinio» (REINS, por sus siglas en inglés). Esta medida requeriría que las agencias tuvieran la aprobación del Congreso de las «normas principales» que tienen»impactos económicos sustanciales».

Cuando la Cámara de Representantes aprobó la última versión del proyecto de ley en enero, el representante demócrata de Nueva York, Jerrold Nadler, buscó eximir a la NRC debido a su papel crítico en seguridad, pero su enmienda fue rechazada.

Transiciones de liderazgo

Para quienes no lo saben, solo tres días después de la inauguración presidencial, el papel del presidente de la NRC fue transferido a la Comisionada Svinicki, una ingeniera nuclear y exmiembro del personal del Senado considerada por algunos críticos como particularmente favorable a la industria nuclear.

El nuevo presidente, que actúa como el único portavoz oficial de la agencia (trabajando a través del personal), ha adoptado un compromiso con la transparencia pública pero no siempre ha actuado en consecuencia. Por ejemplo, aunque los archivos actualizados de discursos y testimonios de otros comisionados se proporcionan con sus biografías en el sitio web de la NRC, un vistazo reciente al enlace para la Comisionada Svinicki mostró ninguno más reciente que el del 2012.

El puesto de Svinicki expirará el 30 de junio, y la NRC no puede normalmente operar sin un quórum de tres miembros, por lo que pronto se necesitará acción sobre su nuevo nombramiento o reemplazo. Dos escaños adicionales en la comisión de cinco miembros permanecen abiertos. Éste será un momento importante para mirar de cerca los antecedentes y las calificaciones de los candidatos.

Para regular la industria efectivamente, los comisionados deben tener una comprensión firme de las complejidades técnicas y administrativas de la seguridad nuclear. Los grupos de vigilancia han pedido a la NRC que haga cumplir las normas de seguridad de manera más agresiva y que promueva una mayor confianza en que los miembros del personal puedan traer aspectos problemáticos a la luz.

Quizás lo más importante es que los comisionados deben demostrar un firme compromiso con la independencia regulatoria y la franqueza. Evitar la «deslealtad» o la «captura» por parte de la industria regulada es crucial para la eficacia y la legitimidad pública.

En este contexto, el enfoque del equipo de Trump para llenar posiciones claves en las agencias de tecnología y ciencia y los amplios recortes de fondos propuestos para esas agencias son inquietantes. Muchos nominados tienen fuertes vínculos con industrias reguladas como la energía, las finanzas y los productos farmacéuticos.

Una misión regulatoria esencial

Como una agencia especializada en un área altamente técnica, la NRC no suele recibir mucha atención pública o de los medios de comunicación, excepto cuando se producen fallos nucleares en el país o en el extranjero. Aunque ha habido momentos difíciles en los Estados Unidos, la supervisión de la NRC ha sidocrucial para el récord de seguridad global de la industria.

Una organización de alta confiabilidad no es automáticamente una organización altamente confiable.La confiabilidad es un logro continuo que implica el aprendizaje continuo, la vigilancia sostenida y un sistema fuerte de controles y equilibrios. Avanzando en un clima anti-regulador, con tantos desafíos complejos que enfrenta una agencia como esta, es esencial garantizar el liderazgo independiente, la transparencia pública y los recursos adecuados para apoyar la misión de la NRC.

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