“Las autoridades locales anunciaron recientemente el cierre indefinido de la emblemática isla caribeña de Johnny Cay a los turistas debido a las preocupaciones ambientales que las actividades de los visitantes causaban al entorno y a la biodiversidad local.”
Normas incumplidas y desidia
El incumplimiento de la normativa medioambiental, junto con el creciente volumen de turistas, ha puesto en riesgo el ecosistema de la isla, según la Corporación para el Desarrollo Sostenible, del Departamento del Archipiélago de San Andrés.
En concreto, las deficiencias que se han comprobado están relacionadas con la eliminación de los residuos sólidos, el cuidado del medio ambiente y la protección de las especies autóctonas, así como la higiene en los restaurantes y el acceso adecuado a baños limpios.
El cierre de la isla, un popular destino turístico de Colombia fue solicitado por el Inspector General el 25 de abril de este año, en medio de crecientes preocupaciones por la sostenibilidad futura del islote y sus ecosistemas asociados, de hecho, tampoco se permitirá el acceso al parque Regional que se encuentra en el norte de la misma.
Protección y recuperación
El Archipiélago de San Andrés en Colombia, está considerado como una de las “joyas del Caribe” y los problemas generados por el turismo desmedido ha hecho que se prohibiera no solo la visita a la isla de Johnny Cay, sino la llegada de barcos privados a su puerto y la prestación de todo tipo de servicios, incluidos restaurantes, deportes acuáticos y otras actividades.
Solo los buques, de carácter oficial, “cuyo propósito se relacione con cuestiones específicas que entren dentro de sus poderes y funciones” serán excluidos de la prohibición, aclararon las autoridades locales.
La Isla Johnny Cay oficialmente denominada llamada Isla Sucre está ubicada a casi 200 kilómetros de la costa de Nicaragua y generalmente se accede a ella desde la costa norte de San Andrés y en barco.
La isla es popular debido a sus playas blancas y aguas superficiales poco profundas, que se utilizan a menudo para bucear. Sin embargo, el aumento de las actividades turísticas ha dañado el ecosistema local y ha reemplazado parte de la vegetación original de las palmeras de las islas por pastizales.
Según la Procuraduría General de la República, el gobernador de San Andrés “no ha llevado a cabo el debido monitoreo” de las actividades turísticas en la isla. Según declaraciones de la Fiscalía General de la Nación, este cierre le permitirá la oportunidad de recuperar su flora y fauna naturales.