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martes, octubre 3, 2023

Cómo la marihuana de los narcos está poniendo en peligro a los bosques de California

El uso de potentes pesticidas para agilizar el crecimiento de las plantas, la apropiación de riachuelos, las toneladas de basura que generan los campamentos clandestinos, la tala para facilitar sus cultivos y la caza indiscriminada de animales, son algunos de los problemas citados por la agencia.

LOS ÁNGELES, California.- En lugares remotos de los extensos bosques de California los carteles de la droga han encontrado tierra fértil para sus cultivos de marihuana, convirtiéndose en una plaga para los ecosistemas, según un nuevo reporte del Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de Estados Unidos (FWS).

El uso de potentes pesticidas para agilizar el crecimiento de las plantas, la apropiación de riachuelos, las toneladas de basura que generan los campamentos clandestinos, la tala para facilitar sus cultivos y la caza indiscriminada de animales, son algunos de los problemas citados por la agencia.

Las reservas forestales de California son los sitios favoritos de los sembradores de las mafias. Así evaden los filtros de seguridad a lo largo de la frontera. Un terreno tan vasto como 45 millones de acres es ideal para ocultarse de los operativos para erradicar estos plantíos ilícitos.

Más de 13 millones de plantas de marihuana fueron encontradas en los bosques californianos de 2011 a 2015, esto representa el 61% de la hierba detectado en reservas forestales de todo el país, según cifras de laAdministración para el Control de las Drogas (DEA).

La región forestal preferida de los narcos es el llamado ‘Triángulo Esmeralda’, un área que abarca los condados de Humboldt, Mendocino y Trinity, en el norte de California. Aunque también abundan los cultivos del enervante en Los Ángeles y Riverside, donde las autoridades han detectado cultivos incluso a unos pasos de zonas residenciales y transitadas carreteras.

«Las áreas ilegales de cultivo de marihuana realmente presionan nuestros recursos naturales”, dijo Polly Wheeler, jefe del FWS en California, Nevada y Klamath Basin. “No sólo es costoso encontrar y recuperar estos sitios, son peligrosos para nuestros empleados, el público, el medio ambiente y la vida silvestre”.

Algunos expertos creen que este paraíso ecológico se le irá escapando al crimen organizado conforme entren en vigor nuevas legislaciones que permitan el consumo de la marihuana para uso recreativo. Pero aún faltarían unos meses, incluso años, para que ese negocio ilícito se termine por completo.

Para muestra un botón: a principios de este año alrededor de 15,000 plantas de cannabis y 1,400 libras de basura se encontraron en una reserva federal en Sacramento, la capital del estado.

«Los sitios ilegales de cultivo de marihuana han sido un problema por un tiempo, pero empeoran cada año», mencionó Wheeler, del FWS.

La plaga de los bosques

Las autoridades aseguran que varios miles de acres son afectados cada año durante las temporadas de cosecha de la hierba.

Además, los sembradores desvían y retienen recursos acuíferos a través de extensas redes de tuberías que utilizan para el riego. Según los expertos, hasta seis galones de agua se necesitan diariamente para una sola planta de cannabis.

Un cálculo sorprendente se obtuvo tras el descubrimiento de 26,000 plantas en la reserva tribal Hoopa en 2012: para mantener ese sembradío se habría requerido el agua contenida en 27 albercas olímpicas.

Otro aspecto negativo es el tipo de fumigación para procurar el crecimiento del enervante. Pruebas de laboratorio han detectado el uso de metomyl, un potente insecticida que es altamente tóxico para los seres humanos, el ganado y la vida silvestre. Por eso su manejo es restringido.

«Estos son químicos peligrosos, y es alarmante que algunas personas los estén usando para esto», dijo el biólogo Mark Higley, quien ha participado en los análisis de los campamentos clandestinos.

Considerando el salario de los agentes del orden, el uso de equipo especializado (incluidos helicópteros, si el cultivo se encuentra en un lugar remoto), combustible y por la eliminación de materiales peligrosos, el costo por erradicar cada acre con plantas de marihuana es de hasta 15,000 dólares.

A las agencias del orden también les preocupa la violencia de los cuidadores de los sembradíos, quienes suelen portar armas, ya sea para defenderse de los animales salvajes, de sus rivales o hasta de las autoridades. Incluso han ocurrido balaceras con rifles de asalto.

Según cifras de la DEA, a las casi 11,000 personas detenidas en los cultivos de la hierba en California de 2011 a 2015, les decomisaron 7,607 armas de fuego.

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