El director ejecutivo del espacio, Jason Molitor, explicó que por el precio que se paga por cazar un antílope (35 mil dólares), pueden alimentar al resto de la misma especie durante un año.
En el condado de Hill Country, al suroeste de Texas, se encuentra el Rancho Ox en donde se da “refugio” a especies animales en peligro de extinción y también se permite su cacería.
El lugar funciona como un parque temático para adultos. Cuenta con cabañas de lujo, una pista de aterrizaje para aviones privados y un albergue de 1.800 metros cuadrados. Los clientes pueden conducir un tanque de la WW2, disparar con ametralladoras o lo peor: dar caza a algunas de las especies aprovechando las ambiguas leyes existentes sobre los animales exóticos. El rancho no es ni campo de tiro de animales ni zoológico, vacío legal que aprovechan.
El director ejecutivo del espacio, Jason Molitor, explicó que por el precio que se paga por cazar un antílope (35 mil dólares), pueden alimentar al resto de la misma especie durante un año.
El Rancho Ox argumenta que conservan la vida silvestre al proteger, albergar y alimentar a sus especímenes, pero para sostener el espacio, permiten la caza paga de algunos.
Muchas organizaciones protectoras de animales están indignadas y han hecho la denuncia correspondiente, pero la ley existente sobre la caza de animales exóticos es laxa y confusa por lo que la justicia no puede intervenir.