Esa cifra supera en más de 100 puntos porcentuales el registro que lleva esa entidad al respecto desde el año 2006, precisó el director del Área de Biodiversidad de esa carpeta de gobierno, Carlos Ramiro Mejía.
Cada año, de julio a febrero, las playas nicaragüenses sirven de nido a unas 240 mil tortugas marinas, según datos del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), divulgados hoy. Esa cifra supera en más de 100 puntos porcentuales el registro que lleva esa entidad al respecto desde el año 2006, precisó el director del Área de Biodiversidad de esa carpeta de gobierno, Carlos Ramiro Mejía.
Para el funcionario, la efectividad del trabajo de protección y resguardo realizado en las playas permitió resultados exitosos al punto que en el caso de los tortuguillos, se ha llegado casi a los dos millones de especies nacientes.
En ese esfuerzo colaboran con el Marena el Ejército de Nicaragua, la Policía Nacional, los gobiernos municipales; los Gabinetes de Familia, Salud y Vida; así como la Juventud Sandinista 19 de Julio, a través del Movimiento Ambientalista Guardabarranco, explicó.
La vigilancia constante sobre las zonas costeras, a las cuales esos quelonios suelen llegar en ciertas temporadas para el desove, persigue proteger los distintos nidos y, sobre todo, los de especies como la Tora y Carey, de acuerdo con Mejía.
De forma paralela, añadió, el monitoreo continuo permite mantener actualizados los registros de la cantidad de tortugas nacientes.
Mejía aludió al trabajo de sensibilización social y contra aquellas personas que acostumbran a comercializar los huevos de tortugas o compran estos, con lo cual ponen en riesgo la sobrevivencia de esa variedad animal.
Precisó que, entre otras acciones desarrolladas para frenar a los comerciantes ilícitos, instalaron equipos de vigilancia y retenes en puntos conocidos históricamente como lugares de trasiego de huevos de tortuga.
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