La Amazonía, conocida como el «pulmón del planeta», desempeña un papel fundamental en la regulación climática global. Esta vasta selva tropical, que abarca aproximadamente 5.5 millones de kilómetros cuadrados en países como Brasil, Perú, Colombia y Venezuela, alberga una increíble biodiversidad y una cantidad significativa de árboles que actúan como sumideros de carbono.
Se estima que la Amazonía captura aproximadamente 2 gigatoneladas de CO₂ cada año, contribuyendo a mitigar el calentamiento global. Sin embargo, desde hace décadas, la deforestación se está haciendo cada vez más presente en este enclave natural; tanto es así que pierde 20000 toneladas de agua cada día que pasa como salió a relucir en la celebración del III edición del Foro Latinoamericano de Economía Verde (FLEV).
Se escapa el agua de la Amazonía: ¿cómo remediarlo?
La Amazonía es el mayor bosque tropical del planeta y desde hace décadas sufre con la destrucción de su superficie, pero ¿cuál es el valor de mantenerla en pie? Un dato clave: evapora 20.000 millones de toneladas de agua al día. Brasil quiere responder a esa pregunta en la próxima cumbre mundial del clima, que se celebrará en noviembre en la ciudad de Belém, y llevará una propuesta ante los líderes del mundo: pagar por conservar los bosques tropicales a través de un fondo internacional.
El problema es que pocos saben la incalculable contribución de la Amazonía para la regulación climática del planeta, pero también para el desarrollo de la agropecuaria en Sudamérica, según explicaron este jueves expertos en la III edición del Foro Latinoamericano de Economía Verde (FLEV), que organiza la Agencia EFE. Tasso Azevedo, coordinador general de MapBiomas y coautor del libro ‘El Silencio de la Motosierra’, aseguró que la Amazonía evapora 20.000 millones de toneladas de agua al día.
«Para hacer eso con energía, se necesitarían seis meses de toda la energía eléctrica del planeta para poder hacer el servicio que la Amazonía hace en un día», indicó. Ese vapor de agua llega a la atmósfera a través de la transpiración de los árboles y forma los llamados «ríos voladores», cúmulos de humedad que irrigan de lluvia la región sudamericana. Sin ese gigantesco proceso de evaporación, las vastas áreas agrícolas de Brasil y Argentina, por ejemplo, estarían en serio peligro.
¿Cuánto cuesta mantener los bosques tropicales intactos?
Entonces, ¿cuánto vale mantener los bosques tropicales vivos en vez de apostar por un modelo económico basado en la agropecuaria intensiva, la minería y la deforestación? «Es muy difícil de responder, pero la idea es que si uno protege el bosque, tiene que recibir un valor que tenga algún significado, aunque nunca alcanzará el valor real del bosque», indicó Azevedo.
En este sentido, Brasil lanzará en la COP30 el Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, por sus siglas en inglés), un nuevo mecanismo de conservación para los bosques tropicales del planeta. El objetivo es sumar inversión pública y privada, y dirigir recursos directamente a quienes conservan los bosques, como los pueblos indígenas.
No obstante, Cláudio Angelo, coordinador de Política Internacional de la red ecológica Observatorio del Clima y también coautor del libro ‘El Silencio de la Motosierra’, expuso en el foro algunas dificultades para adoptar un modo de vida sostenible en la región amazónica brasileña.
Resaltó el carácter «conservador» del sector pecuario y el hecho de que comprar tierra y destruir su masa vegetal continúa siendo «muy barato». Además, «los incentivos para cambiar de comportamiento es muy bajo». Y también hay una cuestión política, pues los grupos de presión del ramo agropecuario han ganado terreno en el Parlamento, desde donde han impulsado iniciativas para flexibilizar la regulación ambiental.
Toda la Amazonía perdió entre 1985 y 2023 más de 88 millones de hectáreas de bosques, una superficie casi tan grande como Venezuela, según un análisis de Mapbiomas Amazonía, una iniciativa de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG). En las áreas donde disminuyó el bosque, el uso de suelos para agricultura se expandió un 598 %; y en ganadería, 298 %.
Por todo lo expuesto, la conservación de la Amazonía es crucial para el equilibrio climático del planeta. Protegerla significa preservar su capacidad de actuar como sumidero de carbono, mantener los patrones de lluvia y regular las temperaturas globales. Y eso pasa por detener su deterioro, como el experimentado entre 2001 y 2020, cuando perdió el equivalente al 9% de sus bosques. EFE / ECOticias.com