La Amazonía es víctima de la deforestación desde hace ya muchísimos años. El pulmón terrestre de nuestro planeta sufre talas indiscriminadas de sus arboles nativos generalmente para ’despejar’ terrenos que luego se ‘reconvierten’ en agroganaderos.
Este problema durante la presidencia de Bolsonaro se acrecentó, dado que les dio rienda suelta a los ‘facendeiros’, quienes arrasaron con miles de hectáreas de terrenos indígenas, protegidos y de gran valor ecológico. Lula está intentando poner coto a esta problemática y ha logrado algunos avances, pero últimamente la deforestación ha vuelto a crecer.
Deforestación imparable en la selva Amazónica
La deforestación en la Amazonía brasileña ha aumentado un 4 % en el último año, un incremento que interrumpe una racha de cuatro caídas consecutivas y que se debe en parte a la multiplicación de los incendios, según datos preliminares divulgados este jueves por el Gobierno. La destrucción de vegetación nativa ha afectado a 4.495 kilómetros cuadrados del mayor bosque tropical del planeta entre agosto de 2024 y julio de 2025.
El dato proviene del sistema de alertas del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués) y precede a la cifra definitiva, que toma imágenes satelitales más precisas y será publicada en noviembre. Pese al aumento, se trata del segundo menor nivel de deforestación en la serie histórica, después del mínimo logrado entre 2023 y 2024, cuando fueron destruidos 4.321 kilómetros cuadrados.
Además, la superficie afectada tanto por la tala como por los incendios en el último año está lejos del pico de 9.216 kilómetros cuadrados registrado en 2020, en pleno Gobierno del presidente Jair Bolsonaro (2019-2022), caracterizado por su agenda antiambientalista. En cuanto a los factores detrás del reciente aumento, el 84 % de la deforestación se ha debido al corte raso de árboles, mientras que un 15 % ha sido provocado por incendios y un 1 %, por la minería.
Sin la ola de incendios del segundo semestre del año pasado, que arrasó la mayor superficie de la Amazonía desde que se tienen registros, la destrucción de vegetación hubiese disminuido un 8 % anual, en vez de subir un 4 %, ha destacado el Gobierno.
Incendios forestales en aumento debido al cambio climático
«El aumento de los incendios debido al cambio climático está incidiendo en la deforestación», ha declarado durante la presentación de los resultados la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, quien apunta al reciente incremento del número de bomberos y de aeronaves para combatir el fuego, así como al fortalecimiento de las operaciones de fiscalización.
Silva ha afirmado que la deforestación en el bosque tropical está «estabilizada», pero ha recordado que el compromiso del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva es frenarla completamente en todo el país de aquí a 2030.
En las áreas naturales protegidas de la Amazonía, la destrucción ha caído un 26 % entre agosto de 2024 y julio de este año hasta los 90 kilómetros cuadrados. Por otra parte, la destrucción de vegetación en el Cerrado, la sabana tropical que ocupa gran parte del centro de Brasil, ha tenido una caída del 20,8 % en el último año, con 5.555 kilómetros cuadrados afectados.
Sigue muy amenazado el ecosistema selvático
Es la primera reducción que se registra en este ecosistema, muy amenazado por la expansión del sector agropecuario, después de cuatro subidas consecutivas que llevaron a un récord de destrucción el año pasado, con 7.014 kilómetros cuadrados afectados. En cuanto al Pantanal, el mayor humedal del planeta, ubicado en la frontera con Bolivia, la deforestación ha caído un 72 % anual hasta los 319 kilómetros cuadrados.
Desde su toma de posesión en enero de 2023 tras los años de Bolsonaro, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha hecho del combate a la deforestación una de sus principales banderas. Brasil albergará en noviembre en la ciudad amazónica de Belém la próxima Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU (COP30), momento en que el país se quiere presentar como líder mundial de la agenda ambiental.
Sin embargo, el Congreso del país aprobó recientemente un proyecto de ley que debilita los requisitos ambientales para obras y proyectos y que busca facilitar, por ejemplo, la exploración de petróleo en una área marítima cercana a la desembocadura del río Amazonas.
Es necesario que la deforestación de la Amazonia no solo se detenga, sino que en lo posible se puedan comenzar a reparar los daños ya ocasionados. La presión desde Europa para que los productos de exportación estén libres de este flagelo podría ser muy beneficiosa para proteger y preservar este invalorable ecosistema. EFE / ECOticias.com