Los indígenas siempre han sido los mejores defensores de la tierra, ya que como dependen de ella la defienden, cuidan y protegen, por lo que la deforestación y la degradación de los suelos no está ni estará nunca entre sus planes.
Esto lo saben la ciencia y los expertos, pero también es importante que este dato sea conocido por el pueblo brasileño, sus autoridades y todos aquellos que de una u otra forma comercian o tiene relaciones con el país, para que entiendan lo importante que es preservar sus tierras y respetar sus costumbres, que pueden ser menos ‘civilizadas’ desde el punto de vista occidental, pero resultan muchisimo menos destructivas.
Menos deforestación en areas indígenas en Brasil
Las tierras indígenas con presencia de pueblos aislados en Brasil han perdido 2.294 hectáreas de vegetación por deforestación en 2024, un 18,2 % menos que en 2023 y el menor nivel desde 2020, según un estudio divulgado este lunes por la ONG Instituto Socioambiental (ISA).
Aunque ha habido una disminución de la deforestación en estas áreas a nivel general gracias al aumento de los controles y la presencia de fuerzas de seguridad en las zonas más sensibles, en los territorios de siete pueblos originarios se ha incrementado la tala en 2024.
El estudio, basado en imágenes satelitales de alta resolución que detectan cambios en la cobertura vegetal, presenta el panorama de la deforestación en 33 áreas con registros de pueblos indígenas aislados, para un total de 224 millones de hectáreas monitoreadas.
Las áreas que han experimentado la mayor pérdida de vegetación nativa han sido los pueblos indígenas kayapó, munduruku y xingú, que en conjunto representan aproximadamente el 60 % de la deforestación total durante el período. Según los investigadores, estas áreas se han visto afectadas principalmente por la tala ilícita de madera, los incendios y la minería ilegal.
El flagelo de la minería ilegal
«Hay un aumento generalizado de la tala ilegal en toda la cuenca del río Xingú (...). El robo de madera se ha reportado desde 2019, pero hubo un repunte en los últimos dos años», explica Tiago Moreira, antropólogo e investigador responsable del monitoreo.
El territorio Kayapó, señala el informe, ha sido el que más cobertura vegetal ha perdido, con el 40 % del total devastado (904 hectáreas) deforestadas, buena parte por los incendios que han azotado la región el año pasado por las fuertes sequías.
Pero en el pueblo munduruku, las 159 hectáreas deforestadas han sido resultado de la minería ilegal y suponen un aumento del 40 % en comparación con 2023. Lo mismo se ha visto en la tierra Zoró, donde la devastación ha llegado hasta las 92,2 hectáreas en 2024, un aumento del 103 % en comparación con 2023, de las cuales el 21,5 % ha sido por actividades extractivas.
Otra causa de la deforestación: el pastoreo de ganado
El estudio también identifica la expansión de una zona de pastoreo cerca de la frontera con el pueblo indígena ‘sete de setembro’. De acuerdo con los investigadores es posible que los controles del Estado, que han menguado la minería ilegal en otros territorios, como los yanomami, munduruku y kayapó, estén obligando a trasladar esas actividades ilícitas a otras zonas, como en el caso de zoró y sete de setembro.
Otro territorio que sobresale en el estudio es el Jacareúba-katawixi, que ha tenido un crecimiento de 525 % en la devastación, frente a 2023, en medio de la expansión de áreas previamente invadidas y la presión por polémicas obras, como la carretera BR-319, que atraviesa el corazón de la Amazonía brasileña.
El pueblo piripkura, pese a registrar una caída de la deforestación del 89,39 % en el interanual, ha tenido más de 12.000 árboles primarios talados (aquellos que han permanecido intactos o han sufrido poca intervención humana), lo que indica la expansión de las áreas de bosque primario devastadas, según los expertos.
En definitiva: que si dejan en paz a los indígenas y los toman como ejemplo, no queda la menor duda de que la Amazonia tiene esperanzas de reponerse. Estos milenarios pueblos viven de acuerdo a sus creencias que se basan en el respeto por la naturaleza, básicamente porque es la que les da de comer, les brinda cobijo, medicinas, etc. Ellos sí que son un ejemplo de sostenibilidad medioambiental. EFE / ECOticias.com