Así lo pusieron este martes de manifiesto el presidente del Cabildo, Antonio Morales, y el catedrático Roque Calero durante la presentación de los resultados del estudio realizado para determinar el sistema de generación de electricidad, de producción de agua potable y de movilidad que permita la máxima autonomía energética a través de la implantación de las energías renovables.
Gran Canaria aspira a convertirse en un referente mundial con un plan energético que alcance, en el año 2038, un 70% de autosuficiencia energética, el 100% de agua desalada sin consumir petróleo o gas y unos 200.000 vehículos eléctricos en la isla, todo ello con una reducción de los costes de generación o producción de energía.
Así lo pusieron este martes de manifiesto el presidente del Cabildo, Antonio Morales, y el catedrático Roque Calero durante la presentación de los resultados del estudio realizado para determinar el sistema de generación de electricidad, de producción de agua potable y de movilidad que permita la máxima autonomía energética a través de la implantación de las energías renovables.
«Podemos convertirnos en una referencia mundial. Somos una isla que tiene casi un millón de habitantes, estamos convencidos de que en los próximos años seremos una referencia y por eso apostamos con tanto énfasis por este modelo energético para Gran Canaria», explicó el máximo dirigente insular.
Para situarse en contexto de la evolución que debe experimentar el modelo energético de la isla Roque Calero explicó que en el año 2014, el 98% de la Gran Canaria consumida en Gran Canaria procedió del petróleo –unos 3,4 millones de toneladas– y el 2% restantes provino de recursos renovables.
Esta circunstancia hizo que se emitieran ese año 11,1 millones de toneladas de gases de efecto invernadero atmósfera, mientras que de toda la energía consumida, el 38,2% fue consumo interno –y dentro de aquí, el 64% fue generación de electricidad, un 29% para transporte terrestre y el resto para otros usos–.
Así, el estudio entiende que se trata de un modelo insostenible que requiere que vaya implementando un nuevo modelo energético que culmine en el año 2038.
LAS RENOVABLES CRECERÍAN UN 59% Y LOS COSTES DE GENERACIÓN CAERÍAN UN 8,2%
Este modelo debería tener un 68% de penetración de renovables, frente al 8,9% actual, lo que representa un incremento del 59%; un coste de generación de electricidad de 11,72 céntimos por kilowatio hora (kWh), un 8,2% más barato que hoy en día, cuando hay un coste de 11,77 céntimos/kWh.
Además, el consumo se combustible para producción de electricidad caería un 55% en Gran Canaria; 764.520 toneladas equivalente de petróleo (tep) al año en la actualidad por 255.190 tep/año que se espera conseguir en 2030.
En cuanto al consumo de vehículos se espera que haya 200.000 vehículos eléctricos y que el consumo de combustible de vehículos se reduzca en un 45%.
Gran Canaria pasaría de esta manera de un coste de combustible total de 855 millones de toneladas al año a unos 383 millones t/año, dato que conllevaría un ahorro del 55%; emitiéndose a la atmósfera un 55% menos de CO2 –1,9 millones t/año en 2038 frente a los 4,2 millones t/año de la actualidad–.
Respecto a la desalación de agua, el uso de energías renovables pasaría del 8,9% al 97,5%, lo que supondría un ahorro de los costes del 87%.
Finalmente, Gran Canaria experimentaría un incremento del 62% en el número de empleos necesarios para la producción de energía, al pasar de los 300 puestos de trabajos de la actualidad a los 779 que se prevé se necesiten dentro de veinte años si se aplica el plan energético presentado este martes.
ep