“Varias de las compañías energéticas más grandes del continente europeo han acusado a la UE, de no tener la suficiente ambición a la hora de luchar contra el Cambio Climático. Proponen que los objetivos en cuanto al crecimiento del sector de las energías renovables, sean más duros y agresivos.”
Energías renovables YA
Enel de Italia, Iberdrola de España y SSE del Reino Unido fueron algunas de las empresas, que hicieron este tipo de declaraciones, en el transcurso de la última ronda de conversaciones acerca del combate al Calentamiento Global, de corte internacional, que se celebró recientemente en Bonn, Alemania.
Dado que, en 2015 el objetivo en cuanto a producción de energías renovables fue del 16,7% y el actual, con vistas al año 2030, apenas es del 27%, las empresas criticaron duramente a la UE, por ralentizar el despliegue de dichas energías y carecer de mayores ambiciones, en cuanto a su necesaria implementación y crecimiento (ver: ¿Qué pasa con el maldito Impuesto al sol?).
La danesa Orsted, EDP de Portugal y EnBW de Alemania también estuvieron presentes, a la hora de hacer el reclamo a la UE y de solicitar, que el objetivo en cuanto al empleo de las energías renovables en la CE para 2030, sea vinculante y de al menos un 35%
Esta es una meta, que resulta tan necesaria como alcanzable, sostienen las compañías, que consideran que las energías renovables son la opción más competitiva y explican que, dicho objetivo ayudaría a que la UE restablezca su liderazgo global en materia de energías verdes, además de que promovería un aumento de la eficiencia energética continental.
Este porcentaje mínimo propuesto por las empresas, que supera en un 8% al actualmente establecido, es parte de un paquete mayor de medidas, que las compañías creen son indispensables de aplicar, para que los países miembros de la UE cumplan con lo firmado, en el Acuerdo de París de 2015.
Combustibles fósiles en discusión
Dentro del bloque de las naciones de la UE sigue habiendo una enconada lucha política, entre los países que aun optan por generar energía en base al carbón y otros combustibles fósiles (los de Europa central) y los que, se han decantado abiertamente por las energías renovables (Europa Occidental).
En el transcurso de las conversaciones en Bonn, el punto álgido fueron las reformas que se propusieron, para modificar el sistema de comercio de emisiones que rige en la UE, con el fin de aumentar los impuestos a las centrales térmicas y a las fábricas, por el exceso de CO2 que producen y que se elimina directamente a la atmósfera.
Son más baratas
Aparentemente, este cambio de actitud (las empresas energéticas se opusieron durante mucho tiempo al empleo de energías renovables) respondería a una necesidad real de implementación de este tipo de energías y a que, los costos de instalación, producción y de emisiones (que generan impuestos o requieren permisos), son significativamente menores al día de hoy.
En muchos países de la UE, los subsidios y las medidas de presión política han promovido que, las grandes empresas hayan migrado del carbón y el GLP, hacia las energías solar y eólica, pero los incentivos económicos reales que brindan las energías renovables han hecho que, muchas otras se sumen a esta corriente.
En definitiva y por más que las compañías quieran “pintarlo” de verde y medioambientalmente correcto, el vuelco hacia el empleo de las energías renovables tiene un motivo meramente económico. Pero si con ello se logra un cambio real, que destierre para siempre la quema de combustibles fósiles, bienvenido sea.