Las energías renovables deben ser la principal apuesta para cumplir los objetivos europeos de 2050 y la respuesta a cuál es el papel que tiene que jugar España en este contexto es contundente: hay que recuperar el liderazgo perdido en ese sector energético y hay que hacerlo ya.
Ésta fue la principal conclusión del trigésimo tercer Foro Permanente de la Sostenibilidad, Sostenibilidad, Energía y Cambio Climático. Hoja de Ruta UE 2050. ¿Y España qué?, que se celebró el pasado jueves 19 de abril de 2011 en el Real Jardín Botánico de Madrid bajo la dirección del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE). El encuentro estuvo moderado por el asesor científico del OSE, Domingo Jiménez Beltrán, y fue presentado por el director ejecutivo, Luis M. Jiménez Herrero.
El Foro Permanente de la Sostenibilidad del OSE (FPS) son sesiones monográficas periódicas que tienen el objetivo de facilitar un debate público sobre temas clave para un desarrollo más sostenible. El tercer jueves de cada mes, expertos y profesionales de determinados sectores exponen su opinión sobre el tema propuesto y responden a las cuestiones que, al finalizar sus intervenciones, les plantea el público asistente.
En esta ocasión, el desarrollo estratégico de las renovables y su importancia para la economía y la sostenibilidad de España fueron dos aspectos en los que los seis panelistas participantes estuvieron de acuerdo. El cómo hacerlo y, sobre todo, el cuándo, fueron cuestiones que generaron mayor controversia.
Actuar o esperar, esa es la cuestión
Para la directora ejecutiva de Greenpeace España, Miren Gutiérrez Almanzor, el desarrollo definitivo de las energías renovables “no puede esperar” a que se acaben los combustibles fósiles. Éstos, la energía nuclear y las nuevas tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, suponen un “obstáculo”, afirmaba Gutiérrez Almanzor, para el despegue definitivo de una energía limpia que, según Greenpeace, tiene la capacidad de cubrir el 100% de la necesidad eléctrica.
“La electricidad supone sólo el 21% del consumo de energía… ¿qué pasa con el 79% restante?” planteaba el director de recursos energéticos y medio ambiente de Unesa, Ángel Luis Vivar, que recordaba que los combustibles fósiles se acabarán, pero “no en el corto plazo”. Vivar se mostró a favor de que todas las empresas internalizaran los costes reales de su actividad, para poder hacer comparaciones en las mismas condiciones.
El secretario confederal de medio ambiente del sindicato Comisiones Obreras, Llorenç Serrano, planteó las dos posibilidades a las que se enfrenta Europa en el desafío de las renovables. Por un lado, esperar a los avances que se vayan produciendo en las diferentes cumbres sobre el clima; por otro, entender este escenario como una posibilidad y apostar por él definitivamente. Para conseguir esta segunda opción, que en su opinión sería la válida, la política energética española necesita una mayor planificación y una puesta en valor de la eficiencia energética.
Una legislación estable y ambiciosa, clave en el liderazgo
También sobre la importancia de la legislación habló el presidente de la Fundación Energías Renovables, Javier García Breva, criticando la falta de una planificación integral en el sector. Para García Breva, el hecho de que España ocupase en 2010 el octavo puesto en inversión en renovables, con una disminución del 53% respecto al año anterior, es una consecuencia más de la falta de legislación estable y coherente que apueste definitivamente por una energía de la que, aseguró, en 2011 “sólo se está utilizando el 2% del su potencial”.
Por su parte, el responsable del Área de Economía y Sostenibilidad de la Fundación Ideas para el Progreso, Gustavo Nombela, incidió en la posibilidad de alcanzar el horizonte 2050 con un 100% de la energía eléctrica renovable. El 40% procedería de la eólica, la más avanzada tecnológicamente hasta ahora, un 35% de la energía solar y el resto, un 25%, a partir de otras tecnologías limpias. Entre ellas no estaría la energía nuclear, a la que definió como una opción “no estratégica”. Nombela puso de relevancia las más más de 2.000 empresas y 80.000 trabajadores de un sector, el de la energía renovable, “con alta cualificación, dinámico y con un gran potencial”.
La representación de la administración corrió a cargo del secretario general del IDAE, Isidoro Tapia, quien defendió el acuerdo alcanzado en el Congreso sobre el Plan de Energías Renovables, que el resto de los participantes habían defendido como poco ambicioso. Tapia afirmó que, con el Plan aprobado, el 60% de la electricidad procederá de fuentes renovables en 2020. También nombró los que, a su juicio, son los tres retos principales del sector energético español: seguridad en el suministro, ya que el consumo exterior de electricidad es del 75%; reducción de emisiones, porque el 80% del CO2 emitido procede del sector energético; y eficiencia energética, puesto que la energía está presente en todos los procesos productivos.