La opción de un banco malo fotovoltaico sería la solución para acotar el aumento que cada año registran las primas, alentadas por una regulación mal diseñada en época anteriores
Las energías renovables en el punto de mira de Industria. Parece que estudian dar facilidades a los dueños de instalaciones fotovoltaicas que no sean capaces de afrontar sus créditos para que las transfieran a la Sareb, el ‘banco malo’. El sector, que cuenta con más de 50.000 propietarios individuales, sacó adelante los proyectos con un endeudamiento medio del 80% y, con las actuales tasas de retorno, el sector queda en manos de los bancos.
La opción de un banco malo fotovoltaico sería la solución para acotar el aumento que cada año registran las primas, alentadas por una regulación mal diseñada en época anteriores. Este año el desembolso en ayudas alcanzará los 9.100 millones de euros, la mitad de los costes regulados del sector. Los propietarios, indefensos por los sucesivos recortes a la retribución ya no pueden devolver los créditos, y está se configura como un mala pero irremediable solución.
Los inversores tienen miedo a perder los avales y que daría las llaves de la instalación con una ‘quita’ de lo invertido, el malestar es general. Precisamente la principal dificultad que afronta el Industria antes de enviar esos activos a la Sareb es encontrar una fórmula jurídica que permita ‘preservar’ las garantías personales que muchos de esos inversores.
El planteamiento de Industria es ampliar la cobertura para el crédito fotovoltaico en el ‘banco malo’.
Podría darse el caso de que se diera luz verde al banco malo fotovoltaico en paralelo a otro ajuste de la retribución vía una rebaja de las primas a corto plazo a cambio de incrementar los años de cobro. Y es que los compromisos de los propietarios con los bancos son inminentes, no a largo. Los promotores renunciarían a sus parques si sus avales personales quedan salvaguardados.
