Solar Fiber y Wearable Solar son dos propuestas innovadoras que abren la puerta a una nueva tendencia: moda sostenible y 100% ecológica.
The Solar Fiber Project fue creado en mayo del 2012 por cuatro diseñadores holandeses en el marco de Ideas Waiting to Happen en Amsterdam, un evento que reúne científicos, diseñadores, artistas, expertos en tecnología y ‘makers’ para juntos den vida a nuevos proyectos innovadores.
La idea consiste en desarrollar una fibra flexible y fotovoltaica que convierta la energía solar en energía eléctrica. El objetivo es que este hilo pueda ser utilizado en cualquier aplicación textil, con la ventaja de que los productos finales serán capaces de producir electricidad.
«Si tu miras alrededor, los textiles cubren muchas superficies, entonces por qué no darles un poder superior que pueda tomar ventaja de esto, como la recolección de energía solar» afirmó Meg Grant, co-fundadora de Solar Fiber, en una entrevista a The Guardian.
En el momento, el equipo de Solar Fiber está trabajando en distintos prototipos que muestran cuáles serían las aplicaciones reales que tendría la tecnología y cómo puede revolucionar la forma de generar y almacenar energía. Su último producto es un ‘chal solar’, una prenda que indica en tiempo real cuánta energía solar se ha recolectado.
Además, el proyecto es cien por ciento open-source. Esto con la finalidad de que la idea pueda tener un alcance mayor y pueda ser desarrollada en distintas partes del mundo.
Al igual que Solar Fiber, existen otras iniciativas similares como Wearable Solar creada por la diseñadora holandesa Pauline van Dongen. La idea de este laboratorio de diseño es empoderar el cuerpo humano, que interactúa con el sol de manera natural, y transformarlo en una fuente real de energía.
Actualmente, cuenta con una colección que se compone de un abrigo y un vestido hecho de lana y cuero, prendas que producen energía a través de las células solares que tienen en su interior.
Solar Fiber y Wearable Solar son dos propuestas innovadoras que abren la puerta a una nueva tendencia: moda sostenible y cien por ciento ecológica. En ésta, las prendas adquieren una nueva función y se convierten no solo en elementos de decoración y vestimenta sino en una fuente de energía efectiva y permanente. Quizá en un futuro muy cercano, el mayor porcentaje de electricidad que alimente las ciudades provenga de la ropa que utilizamos todos los días.
