El biometano se ha convertido en uno de los pilares estratégicos para impulsar la transición energética en Europa, y España está posicionándose como uno de los países con mayor potencial para liderar esta revolución verde.
Este gas renovable, obtenido a partir de residuos orgánicos agrícolas, ganaderos, urbanos o industriales, ofrece una vía eficiente para descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como el transporte pesado, la industria térmica o la climatización en áreas rurales.
Su producción, totalmente circular, permite transformar desechos en energía limpia, reduciendo al mismo tiempo las emisiones de metano y contribuyendo a una gestión más sostenible de los recursos. En los últimos años, España ha experimentado un creciente interés por el desarrollo de plantas de biogás y biometano, impulsado por la estrategia europea REPowerEU y por la necesidad de reforzar su independencia energética.
El biometano podría cubrir hasta la mitad del consumo de gas
Sedigas celebra la apuesta europea por los biogases y destaca que España es de los países con mayor potencial de producción de biometano, por la disponibilidad de residuos agroganaderos y agroindustriales, su red gasista preparada para integrar ese gas renovable y las oportunidades que ofrece al medio rural.
El biometano se ha convertido en uno de los pilares estratégicos para impulsar la transición energética en Europa, y España está posicionándose como uno de los países con mayor potencial para liderar esta revolución verde.
En un comunicado la organización Sedigas, que agrupa a las empresas del sector gasista dedicadas a la producción, transporte, distribución y comercialización de gas natural y gases renovables, valora de forma «positiva» la nueva Estrategia de Bioeconomía presentada este jueves por la Comisión Europea.
Un camino que sitúa a los biogases —en especial el biometano— como herramientas para impulsar la descarbonización, la economía circular y la autonomía energética.
El documento califica la bioeconomía y el biometano como una «oportunidad estratégica del siglo XXI» y reconoce la capacidad del biometano para «valorizar residuos», disminuir el uso de gas fósil importado y avanzar en sectores con consumos termointensivos.
Según los estudios técnicos de Redigas, la producción nacional podría alcanzar hasta 163 teravatios-hora por año (TWh/año), equivalente a alrededor del 50 % de la demanda actual de gas, lo que reforzaría la soberanía energética y reduciría la dependencia exterior en un contexto geopolítico incierto.
Europa sitúa los biogases como eje de su nueva bioeconomía verde
A su juicio, las prioridades establecidas coinciden con las demandas habituales del sector, que identifica la complejidad normativa, la financiación insuficiente y la carga administrativa como barreras que frenan el crecimiento.
Un camino que sitúa a los biogases —en especial el biometano— como herramientas para impulsar la descarbonización, la economía circular y la autonomía energética.
A la luz de este marco europeo, la asociación insta a las administraciones españolas a fijar objetivos «ambiciosos, claros y alineados» con la estrategia comunitaria, a armonizar y agilizar los procedimientos y a reducir la incertidumbre regulatoria.
El sector del biometano reclama claridad, agilidad y apoyo a los gases renovables
También pide instrumentos de financiación compatibles con los nuevos mecanismos europeos y el uso estratégico de la infraestructura gasista existente para integrar el biometano de forma rápida y eficiente.
«España dispone del potencial, la infraestructura y el tejido empresarial necesarios para situarse entre los líderes europeos en biometano. Solo necesitamos un marco regulatorio claro y estable que permita acelerar su despliegue», asegura en el comunicado el presidente de Sedigas, Joan Batalla.
Además del impacto ambiental, el biometano ofrece beneficios sociales y económicos. Favorece el desarrollo rural mediante nuevas oportunidades de negocio en localidades agrícolas; genera empleo especializado en ingeniería, operación de plantas y logística; y contribuye a dinamizar sectores clave de la economía circular.
A ello se suma su total compatibilidad con la infraestructura gasista existente, lo que facilita su rápida integración en el sistema energético sin grandes inversiones adicionales. En este contexto, el biometano se presenta no solo como una alternativa sostenible, sino como una gran apuesta verde para Europa, con España preparada para convertirse en uno de sus protagonistas. Seguir leyendo en EFE/ ECOticias.com














