El hidrógeno ha cobrado, en los últimos tiempos, una gran importancia como fuente de energía sustitutiva a los combustibles fósiles. Para las áreas del transporte terrestre, aéreo, ferroviario y marítimo. Sin embargo, por las características propias de este elemento, su transporte hasta los centros de distribución y uso es crítica, a pesar de que España tiene una gran reserva de energía, pero de nada le sirve si no tiene como transportarla.
Energía para siglos bajo el suelo
España recién ha descubierto un yacimiento de energía que podrá explotar durante siglos. Estamos hablando de hidrógeno, el cual tiene cuatro aplicaciones fundamentales: transporte, producción de alimentos, iluminación y tecnología. Uno de sus principales atributos es que cuando es utilizado como combustible, no genera gases de efecto invernadero ni carbono.
Sin embargo, por su tendencia a filtrarse y baja densidad, es todo un reto su transporte. Especialmente porque se hace llevando este elemento a un estado líquido o gaseoso, con muy bajas temperaturas. Esto incrementa la complejidad y el costo del mismo. Pero ahora la empresa Honeywell Technology junto con ENEOS, empresa japonesa, proponen una solución innovadora.
La solución para el transporte del hidrógeno
La propuesta de ambos consorcios es combinar el hidrógeno en estado líquido con metilciclohexano o MCH, un proceso que se llama hidrogenación de tolueno. El cual tiene una reacción de liberación de calor o exotérmica. Este es un proceso seguro y, relativamente, barato de transporte de energía.
Gracias al mismo, se puede almacenar en las estructuras, hechas para tal fin, en buques, trenes o camiones para el recorrido de grandes distancias y su distribución a nivel global.
Una vez arribe a su destino, se recuperaría realizando un procedimiento inverso o de deshidrogenación de tolueno. El cual se consigue a través de un proceso de absorción de calor o endodérmico. Lo mejor es que tampoco se necesitará mantener la mezcla a bajas temperaturas, que igualmente es muy costoso, puesto que la operación se puede hacer a temperatura ambiente.
A este proceso de transporte se le ha llamado proyecto de portador de hidrógeno orgánico líquido (LOHC), el cual jugará un papel de gran importancia. Esto porque ya no habrá mayores problemas para trasladarlo. Ya que empresas como Honeywell Technology y ENEOS se ocuparán del transporte, anticipándose a la gran demanda de este gas que se está gestando.
¿Cómo quedaría España con sus reservas de hidrógeno?
España ha encontrado una gran reserva de energía en hidrógeno, en sus distintas versiones. Resuelto el problema del transporte, su única preocupación sería la explotación de los yacimientos. Por supuesto que aún quedaría pendiente lo referente al almacenamiento y manejo en forma gaseosa de un elemento que, si bien es la energía del futuro, también es muy volátil.
Aunque ya se está trabajando para hallar solución, en principio se cree que el proyecto LOHC también podría ayudar. Solo hay que buscar una forma que resulte más barata de transformarlo de estado gaseoso a estado líquido. Una vez se encuentre, pues el problema sería mucho más fácil de resolver.
Por otra parte, LOHC llegó para dar un puntillazo al proceso de descarbonización. De hecho, está dirigido a cubrir las tres principales necesidades: la automatización, el sector transporte terrestre, aéreo y marítimo y la transición hacia fuentes de energía sostenibles, limpias y amigables con la naturaleza.
En resumen, al dar solución al problema del costo del transporte del hidrógeno, se podrá masificar su uso. Esto porque se puede llevar este gas a nivel global, y España se convertiría en uno de los principales proveedores a nivel mundial de este elemento. Ya que tiene reservas para varios siglos de explotación.