España comenzará un proyecto que no termina de convencer a Europa: inyectar una energía bajo el suelo. La producción de energía a partir de la quema de combustibles fósiles (como el carbón, el petróleo y el gas) está cada vez más lejos de la rutina en cualquier industria. Si bien todavía se utiliza, su alta huella ambiental obliga a las diferentes compañías del mundo a buscar con insistencia nuevas alternativas. Frente a esta desesperación, se ha llegado a proyectos tan extremos como la conversión del gas más peligroso del planeta en energía.
El territorio español busca dar un paso más allá con una iniciativa que tiene a Europa en vilo. La cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) liberados por los fósiles no deja lugar a dudas. Según recalca la ONU, ellos son los responsables de más del 75% del total de emisiones de GEI y cerca del 90% de todas las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Al contrario, la producción de energías renovables genera menos emisiones, un rasgo que las convierte en la solución definitiva para acabar con la dependencia del ser humano a los combustibles fósiles.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, dijo durante la Asamblea de la Agencia Internacional de Energías Renovables en 2023 que las renovables eran la única opción creíble si la humanidad pretendía evitar una catástrofe climática. ¿Será España parte del gran cambio? ¡Vamos a verlo!
Este es el proyecto que España pretende llevar adelante: Europa no termina de verlo claro
La gasística Redexis anunció la primera inyección de hidrógeno verde en el sistema gasista español, concretamente en la planta de Lloseta (Mallorca), en redes de gas con más de 1.400 km disponibles. Su infraestructura contempla una posición de recepción de H, un hidrogenoducto de 3,2 k y un mezclador, que hace posible la inclusión de hidrógeno verde en la red de gas natural. Todavía no existe en Europa un proyecto de esta categoría.
El proyecto cuenta con una inversión declarada de 3,5 millones de euros y tuvo su anuncio oficial en noviembre de 2023, instancia en la que Redexis sacó a la luz la estimación de que su propuesta podría beneficiar a más de 115.000 hogares y 2.000 consumidores terciarios e industriales. En diciembre de 2021, esta iniciativa consiguió la declaración de impacto ambiental, momento en el que se anunció la irrupción del electrolizador a Mallorca. Las pruebas de operación comenzaron ese mismo mes.
España pone a funcionar el proyecto que Europa teme: nadie lo ha probado antes
El mezclador del proyecto está ubicado en la central térmica de ciclo combinado de Cas Tresoner, que otorga H mezclado con gas natural en el gasoducto Sanson-01. A su vez, lo redistribuye a la red de 1.200 km de la isla. Cuando la planta esté en pleno funcionamiento, la estimación es que aporte energía a 115.000 hogares y 2.000 consumidores industriales y terciarios. Además, promete reducir hasta 4.000 toneladas anuales de emisiones de CO2 a la atmósfera.
Sin embargo, el establecimiento del proyecto ha tenido un inconveniente. El electrolizador tardó más de dos años en comenzar a operar por un fallo de diseño que requirió de profundas reparaciones.
Cabe destacar que esta infraestructura se encuentra enmarcada dentro de la subvención europea Green Hysland, compuesta por más de 30 organizaciones, compañías y centros tecnológicos, entre los que destacan Enagás Renovable y Acciona Energía.
Por medio de la Clean Hydrogen Partnership, la Unión Europea tiene comprometidos 10 millones de euros para brindar apoyo a la extensión de la infraestructura necesaria para transformar el escenario sostenible de Mallorca en el periodo 2021-2025. Aúna todos los ejes centrales de la cadena de valor del H con su producción, la infraestructura de transporte, distribución y aplicación.
España planea poner en marcha este proyecto que Europa teme con la mejor de las predicciones. Una propuesta que ha logrado superar la sorpresa causada por el búnker colosal de Escocia.
