Han transformado el gas más peligroso del planeta en energía con un extremo proyecto que tiene al mundo en vilo. La alta huella ambiental de los combustibles fósiles está obligando al ser humano a buscar nuevas formas de abastecimiento. En esta búsqueda, varios países han sorprendido con sus apuestas, como es el caso de Alemania y su curiosa energía disponible para milenios. Todas las fuentes de energía renovable suelen moverse entre dos extremos: o generan demasiada energía o se quedan cortas.
Por esta razón, cada vez aparecen más expertos con ideas innovadoras que buscan subsanar la falta de energía. Cientos de países ya se encuentran sumergidos en una política de energía limpia. Sin embargo, todavía queda un largo camino para poder acuñar el desligamiento del ser humano de los combustibles fósiles. Si bien las energías compasivas con el medio ambiente están llegando, todavía hay muchos sectores industriales en los que los fósiles son los “reyes”.
Las energías renovables, las más buscadas y vistas como las salvadoras del planeta en estos momentos, son un tipo de energía derivada de fuentes renovables (como la luz solar o el viento). Son repuestas naturalmente antes de que terminen de consumirse. Abundan y están disponibles en cualquier parte del mundo, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Debido a su carácter intermitente, un grupo de investigadores ha decidido utilizar un gas peligroso para cubrir la demanda de energía. El objetivo es convertir una sustancia peligrosa en una solución adecuada capaz de sustituir a los fósiles, pero ¿lograrán su propósito?
El gas más peligroso es transformado en energía
Un grupo de investigadores canadienses (Universidad McGill) ha inventado un nuevo proceso para convertir el dióxido de carbono y el metano en monóxido de carbono y metanol verde al exponerlos a la luz solar. Aprovechan la luz solar para convertir dos de los gases de efecto invernadero más nocivos en productos químicos valiosos. Este descubrimiento podría ser una solución viable contra el cambio climático y brindar una alternativa más sostenible para la producción de determinados productos industriales.
El proceso utilizado ha sido inspirado en la naturaleza, concretamente en la fotosíntesis, pero empleando un catalizador de oro, paladio y nitruro de galio. Funciona a temperatura ambiente sin necesidad de calor extremo ni productos químicos agresivos. El resultado es un impacto positivo, reduciendo gases contaminantes y avanzando hacia emisiones netas cero.
Según Hui Su, coautor principal y becario postdoctoral en el Departamento de Química de la Universidad McGill, este procedimiento alberga la capacidad de convertir metano y dióxido de carbono en metanol verde y monóxido de carbono en una sola reacción. Ambos productos son altamente valorados en los sectores químico y energético, llevando este sistema a ser una oportunidad importante para avanzar en el ámbito sostenible.
El estudio de los investigadores fue publicado en Nature Communications y recopila un mecanismo revolucionario basado en la fotosíntesis. Una combinación única de oro, paladio y nitruro de galio actúa como catalizador. Cuando este catalizador se expone a la luz solar, provoca una reacción en la que un átomo de oxígeno del dióxido de carbono queda unido a una molécula de metano y genera metanol verde. El subproducto de este procedimiento es monóxido de carbono.
Transforman el gas más peligroso del planeta en energía
Este sistema recicla dos de los gases de efecto invernadero más peligrosos y se realiza a una temperatura ambiente, sin necesidad de recurrir al calor extremo o productos químicos agresivos, resultando más eficiente y menos contaminante que otros métodos.
En conclusión, el gas más peligroso del planeta ha sido convertido en energía con este proceso que el mundo mira de cerca para ver hasta dónde llega su alcance. Un proceso casi tan llamativo como el de Grecia, que está produciendo energía con agua y sol.