Numerosas organizaciones sin fines de lucro han dedicado considerables esfuerzos para expresar su desacuerdo frente a las masivas producciones de una energía renovable en particular. Estas entidades, comprometidas con la sostenibilidad ambiental, han destacado preocupaciones sobre los impactos negativos en la biodiversidad, la deforestación y las comunidades locales.
Exhaustivos esfuerzos por parte de estos ecologistas ponen en riesgo la vigencia de esta energía renovable
La serie de demandantes pedidos hacia la Unión Europea por parte de estos grupos, refleja un llamado urgente de diversas partes interesadas para la eliminación definitiva del biocombustible en cuestión, el mismo que es reconocido por su alta contaminación y la producción igualmente perjudicial para el medioambiente. Los solicitantes instan a la UE a adoptar medidas contundentes que reduzcan la dependencia de esta fuente de energía.
Por otro lado, estas corporaciones en cuestión resaltan la necesidad de políticas más estrictas en materia ambiental y sostenibilidad. Este movimiento contra esta energía renovable refleja la creciente conciencia sobre los impactos negativos de ciertas prácticas industriales y busca fomentar una transición hacia opciones más sostenibles que promuevan la salud del planeta.
Ahora, en el marco de la Directiva sobre energías renovables (DER), la Comisión Europea se encuentra en una encrucijada crucial antes de las elecciones de junio, teniendo una última oportunidad para tomar medidas drásticas y decisivas con respecto a la durabilidad del aceite de soja y el de palma en su clasificación de materias primas de uso indirecto de la tierra (ILUC).
Cerca de 30 empresas manifiestan: «Se ha demostrado que el biodiésel a base de soja emite hasta el doble de CO2 (dióxido de carbono) que el gasóleo fósil al que sustituye, si se tiene en cuenta la deforestación indirecta. Tanto la soja como el aceite de palma ya han sido identificados como motores significativos de la deforestación y están cubiertos por el recientemente adoptado Reglamento de la UE sobre deforestación».
La Comisión Europea se encuentra en un dilema frente a los grandes productores agrícolas
En el contexto actual, diversas organizaciones ambientales y de desarrollo, entre ellas Transport & Environment (T&E), WWF, Oxfam y Birdlife, expresan su preocupación ante la significativa presión comercial que está experimentando la Comisión Europea por parte de los países productores de soja. Este escenario plantea un desafío crucial, ya que se entrecruzan los intereses comerciales con las prioridades ambientales y sociales.
Junto a las declaraciones anteriores, se añade: «La eliminación progresiva de las materias primas de alto riesgo ILUC es compatible con las normas de la OMC, sobre la base de la protección del medio ambiente. La UE tomó la decisión correcta cuando clasificó el aceite de palma como materia prima de alto riesgo ILUC en 2019, a pesar de la inmensa presión comercial de los países productores de palma», asegurando que está vez se podrá hacer lo mismo implementado a la soja.
Imperativa necesidad de eliminar por completo las emisiones de carbono
En la mencionada carta, estas corporaciones, comprometidas con la causa de las cero emisiones de carbono, subrayan la trascendental necesidad de implementar medidas exhaustivas destinadas a prevenir el uso de la Deforestación Importada (DER) como un medio para la introducción de productos generados a expensas de la degradación forestal.
Es de suma importancia destacar que, esta problemática relacionada con esta energía renovable, representa un serio obstáculo en la lucha constante de muchas naciones contra la crisis climática, contraviniendo los esfuerzos sostenidos para eliminar los impactos ambientales negativos asociados con la pérdida de bosques y las grandes emisiones de carbono.
Adicionalmente, las empresas enfatizan la imperante urgencia de que la Comisión Europea no solo reconozca, sino que también implemente políticas coherentes y efectivas que aborden de manera integral el preocupante fenómeno de la deforestación. Este llamado resuena en la necesidad de adoptar un enfoque general que no solo se centre en los aspectos medioambientales, sino que también considere los impactos sociales.




















