Dejar los combustibles que contaminan nuestro planeta, parecía una meta imposible, sin embargo, estamos cada vez más cerca de que ese sueño se haga realidad. La llegada de grandes proyectos como el que te contaremos a continuación ha abierto una nueva esperanza para que el mundo evolucione sin contaminar. Veamos lo que está sucediendo.
Un futuro más limpio y lleno de esperanza
El futuro de la energía en nuestro planeta ya no es una promesa lejana, sino una realidad que está superando las proyecciones más optimistas. La capacidad para generar electricidad limpia está creciendo a una velocidad que los expertos apenas pueden creer.
La protagonista principal de este cambio es la energía solar que ha pasado de ser una energía cara a una de las más económicas y sencilla de instalar. El crecimiento es tan grande que los países deben modernizar sus sistemas eléctricos, sin embargo, ahora tenemos otro desafío.
El desafío ahora no es si podemos producir suficiente energía limpia, sino cómo podemos manejar y distribuir tanta electricidad sin que la red colapse, un reto que se ha vuelto muy complejo para muchos países sobre todo ahora que tenemos nuevas sorpresas.
Los números sorprenden a todos
Resulta que la Agencia Internacional de la Energía (AIE), ha publicado una cifra que demuestra la dimensión de la revolución: en solo cinco años, el planeta sumará una capacidad de energía renovable de 4600 GW.
Esta cantidad es casi el doble de la potencia que el mundo tenía en el pasado, un número equivalente a sumar toda la capacidad eléctrica actual de tres gigantes económicos: China, la Unión Europea y Japón juntos.
Los grandes avances en energía solar, como este material del futuro han sido los protagonistas de este cambio, sobre todo por la baja en los precios. La energía solar fotovoltaica, se llevará cerca del 80% de todo este crecimiento, ya que es la opción más barata.
Pero este crecimiento está siendo impulsado no solo por países ricos, sino por naciones emergentes en Asia, África y el Oriente Medio. India se está consolidando como el segundo mercado renovable más importante del mundo, superando sus propias metas.
China y Estados Unidos han sido un poco más cautelosos debido a algunos cambios en sus leyes, sin embargo, la confianza de los inversores en el sector se mantiene extremadamente fuerte y se suma al compromiso que tenemos de cuidar nuestro planeta.
Las empresas de energía más grandes del mundo no solo han seguido con sus planes, sino que muchas han prometido instalar más energías limpias de aquí al 2030. Esto es una señal clara de que el sector es sólido y de que todos son muy optimistas sobre su futuro.
Necesitamos más infraestructura
El boom de las energías renovables ha sacado a la luz un problema urgente y es que, la infraestructura eléctrica no está lista para esta avalancha de energía. Cuando se produce tanta electricidad solar a la vez, los precios pueden caer a cero (o incluso ser negativos), lo que puede asustar a los inversores.
La AIE advierte que los gobiernos deben invertir urgentemente en redes eléctricas más inteligentes, modernas y flexibles. El reto de los «precios cero» no es un problema de la tecnología, sino de la infraestructura.
Pero la verdadera esperanza para la humanidad reside en la pregunta que este crecimiento nos deja: Si la instalación de energía limpia se acelera, como lo ha hecho la solar, y si más y más países entienden que esta es la única vía, ¿cuánto crecerán las energías verdes en las próximas dos décadas?
Lo que hoy parece un logro impresionante, en el futuro será visto como el punto de partida. La energía limpia ya no es una alternativa, sino la base de la economía global. En 20 años, el mundo que conocemos, con sus problemas de escasez y contaminación, será irreconocible, pero para dar ese paso debemos estar preparados y comprometidos. Quizá por eso España está apostando 60 000 millones en energía.