Hay un curioso tipo de hidrógeno que cambia de color. Es el más sucio, pero se vuelve limpio al extraerlo. Si el nuevo color de hidrógeno que España ha inventado te resulta llamativo, no puedes perderte la información que viene a continuación. En su estado gaseoso y en condiciones normales de temperatura y presión, el hidrógeno es incoloro. No obstante, hay determinados contextos en los que sí toma color, especialmente cuando se destina a aplicaciones industriales.
Se diferencian diferentes tipos de color para facilitar la identificación de su procedencia. Cabe destacar que, cuando hablamos de “sucio” al mencionar el hidrógeno en el que nos concentraremos en este artículo nos referimos a aguas residuales, no al hecho de que sea una fuente de energía contaminante.
Actualmente, el H es un vector energético prometedor para descarbonizar varios sectores. Pese a ser uno de los elementos químicos más simples y abundantes, no es posible encontrar en estado puro en la naturaleza, sino que aparece combinado con otros elementos. Para que pueda utilizarse como un combustible utilizable, es necesario someterlo a diversos procesos para separarlo de otros elementos, ya sea dividiendo moléculas de agua (H2O) o de metano (CH4).
Hidrógeno naranja: sucio, pero limpio
Dentro de los procesos experimentales de generación de H, encontramos el hidrógeno naranja. Se produce utilizando emisiones o residuos de otros sectores, evitando que deriven en destinos con impactos ambientales negativos, como la incineración o el depósito en vertederos. No se elimina la emisión de CO2, sino que se aprovecha de forma efectiva.
Cabe recordar que con “sucio” nos referimos a las aguas residuales utilizadas en el procedimiento, no a que se trate de una fuente de energía contaminante. Se produce por medio de la técnica del reformado de vapor que transforma el gas natural o el carbón en hidrógeno y dióxido de carbono. El H resultante se captura y utiliza como combustible o para la ejecución de otros procesos industriales.
Se utiliza principalmente en la industria petroquímica y en procesos industriales que emplean H como materia prima. También puede usarse como combustible en vehículos que funcionan con hidrógeno. Lo más relevante es que utiliza residuos que no son biodegradables, por lo que no son incinerados. De esta manera, se consiguen dos grandes hazañas: evitar la contaminación vinculada a su quema y la degradación de los ecosistemas.
Otros tipos de hidrógeno: más allá del verde y el azul hay un completo «arcoíris»
¿Te imaginabas que solo existían el hidrógeno verde y el azul? La realidad es que hay otros colores que, como verás ahora, no siempre son limpios, renovables, ni eficientes:
- Verde. Es el tipo de H más limpio. En su generación interviene la técnica de la electrólisis de agua, un procedimiento que se sirve de electricidad para separar las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno.
- Gris. Es el más común y económico de producción. Se obtiene a partir del reformado de metano (gas natural), un proceso que emplea vapor de agua para dividir las moléculas del metano en hidrógeno y dióxido de carbono.
- Azul. La versión limpia del H gris. Su producción se realiza de la misma manera, pero el dióxido de carbono se captura y almacena bajo tierra o en el fondo del mar.
- Blanco. Se encuentra en forma natural en estado gaseoso en depósitos subterráneos. Aun no existen técnicas eficientes y económicas para extraerlo.
- Ámbar. Además de aprovechar el CO2 como el hidrógeno naranja, lo captura y almacena para evitar difundirlo a la atmósfera.
- Negro. Se consigue a través de la gasificación del carbón.
Tomando estos datos en cuenta, el mundo conoce al hidrógeno naranja como el H “más sucio” (por las aguas residuales), pero se vuelve limpio al extraerlo. Al tratarse de un tipo de H solo experimental, muchos todavía no confían en él. De lo que no hay duda es de que el hidrógeno ha ganado una gran popularidad en los últimos años.











