Japón es sinónimo de vanguardia debido a su capacidad para crear inventos revolucionarios. Es reconocido a nivel mundial por tratarse de uno de los mayores desarrolladores tecnológicos del siglo XXI. De hecho, muchos de los elementos que utilizamos todos los días provienen de Japón, aunque no lo sepamos.
Un ejemplo claro es la anestesia general, que se usa diariamente en los hospitales, datada del año 1804. El japonés Hanaoka Seishu está detrás de esta invención. Se dedicaba a las cirugías y pudo probar de primera mano los beneficios de su invento.
Al principio era una mezcla de hierbas orientales, algo que fue cambiando con el tiempo. Por otro lado, las videocámaras fueron un boom tecnológico en su momento y también se lo “debemos” a Japón. Las empresas japonesas Sony y Nikon reportaron avances que fueron clave. Otro de los avances más representativos es el código QR.
Actualmente, los pagos con código QR están en auge, pero en realidad es una tecnología surgida en el año 1994. Masahiro Hara hizo mejoras en luso del código de barras evitando las limitaciones que albergaban. El código QR es un código de barras.
La particularidad es que tiene una variedad más amplia. Resulta más fácil de escanear. Comenzó a utilizarlo en la compañía de automóviles para la que trabajaba, desarrollando más tarde otros usos para rastrear datos.
Este dispositivo de Japón es un antes y un después para el sector energético
Mientras Andalucía afianza su apuesta por el hidrógeno verde, Japón ha creado un dispositivo que solidificará su producción de hidrógeno limpio. Un grupo de la Universidad de Tohoku, liderado por Heng Liu, ha desarrollado un nuevo catalizador de cobalto y molibdeno.
Con él, han alcanzado una eficiencia del 99,9% en la generación de hidrógeno limpio, sobrepasando incluso los electrodos comerciales de platino y sus elevados costos. Múltiples catalizadores industriales iniciaron como precatalizadores que se convierten bajo voltaje.
En este contexto, el precatalizador Co₂Mo₃O₈ experimenta una reconstrucción durante la electrólisis. Asimismo, se reorganiza en una capa de hidróxido de cobalto (Co(OH)₂). Dicha capa conforma una estructura heterogénea a escala nanométrica que agiliza el paso más lento de la reacción: la evolución del hidrógeno a partir de agua.
Durante el procedimiento, los iones MoO₄²⁻ y Mo₂O₇²⁻ disueltos no son residuos pasivos. Al contrario, modulan la adhesión del hidrógeno a la superficie catalítica.
Este escenario permite que el gas se libere de forma más rápida, evitando que los átomos de hidrógeno queden atrapados. El resultado es una mejora en la eficiencia y la velocidad de la producción.
Ventajas del nuevo catalizador hecho por Japón
El nuevo material conserva su rendimiento incluso pasadas semanas almacenado. Aspecto que acota los costes logísticos. Sumado a esto, realiza su función durante más de un mes a una densidad corriente de 100 mA/cm2, un número asociado a las necesidades de la industria.
En contraposición, los electrodos de platino sobre carbono pierden el 75% de su actividad en un lapso inferior a 24 horas. Esta tecnología proveniente de Japón puede incorporarse fácilmente en la infraestructura existente.
Puede hacerlo debido a su resistencia a la corrosión en soluciones alcalinas y al empleo de materiales ya presentes en otras industrias (baterías y acero).
Implementándose a escala, disminuirá considerablemente los costes eléctricos, que actualmente suponen la mayor parte del gasto en la generación de hidrógeno verde.
El catalizador de Japón aún debe solventar varios desafíos
No obstante, la escalabilidad del catalizados de Japón todavía se topa con varios desafíos, como la gestión térmica en sistemas de alta potencia, ensuciamiento de electrodos de uso prolongado, reciclaje de electrolitos alcalinos (como hidróxido de potasio) y recuperación del molibdeno disuelto con el fin de evitar pérdidas y costos ambientales.
El equipo de Japón tiene en agenda la realización de pruebas piloto acopladas a la energía eólica de la Costa del Pacífico de Japón.
Con este accionar, se busca analizar el desempeño de la tecnología de Japón en contextos reales. Al mismo tiempo, la UE e India alcanzan su primer acuerdo para desarrollar tecnologías de hidrógeno renovable.