Al igual que el resto del mundo, Japón tiene necesidad de grandes cantidades de energía. Obtenerla a partir de combustibles fósiles lleva funcionando décadas, pero cada vez se torna más necesario abandonar esta forma de abastecimiento por opciones más limpias y sostenibles. La fuerza del agua lleva aprovechándose por la humanidad desde tiempos inmemoriales. Primero fueron las antiguas ruedas hidráulicas, después las modernas plantas de energía y ahora una nueva e innovadora forma que impacta al planeta.
La primera planta de energía osmótica de Japón está en marcha
Tras saberse que España es capaz de producir agua dulce de la nada, ha salido a la luz el increíble alcance de Japón. El país de Asia Oriental ha inaugurado su primera planta de energía osmótica. Produce electricidad a partir del agua salada.
En la ciudad de Fukuoka, Japón, ya ha comenzado la operabilidad de la primera planta de energía osmótica de Asia.
Se trata de una instalación que origina electricidad solo al mezclar agua dulce con agua salada. Un hito que fue catalogado por las autoridades de Japón como un paso crucial en la lucha contra el cambio climático.
Así las cosas, Japón se transforma en el segundo país después de Dinamarca en aprovechar esta revolucionaria manera de generar energía. Según Zme Science, el proyecto gestionado por el Centro de Desalinización de Agua de Mar de Fukuoka generará cerca de 880 000 kWh por año.
Es el equivalente al abastecimiento de alrededor de 220 viviendas. Además, respalda el funcionamiento de una planta de desalinización cercana. Si bien su capacidad aún no compite con la de una planta solar o eólica, el beneficio de esta tecnología es que puede funcionar continuamente.
La energía osmótica responde a un proceso natural a través del que el agua se mueve por medio de una membrana semipermeable desde una zona con menor concentración de sales hacia otra con una concentración mayor. Al canalizarse de forma controlada, el movimiento natural del agua puede transformarse en energía.
¿Cómo funciona la nueva planta de Japón?
Las plantas focalizadas en este tipo de energía ubican agua dulce y salada en lados opuestos de una membrana especial, con el polo salado ligeramente presurizado.
Conforme el agua fluye hacia ese lugar, el incremento de presión puede usarse para movilizar una turbina que está conectada a un generador, originando electricidad.
La planta de Fukuoka tiene presente agua dulce, aguas residuales tratadas y agua de mar. Como resultado queda un flujo energético constante que puede conservarse de día y de noche sin estar sujeto al clima o a combustibles fósiles.
Cabe destacar que la planta de Fukuoka no es la primera de su categoría. En 2023, la compañía SaltPower abrió una en Mariager, Dinamarca. Esta planta sí llevó el título de primer proyecto de energía osmótica.
En principio, con una potencia portátil de 20 kW, la meta es extender la cifra a 100 kW y disminuir los costes eléctricos. Otros países que se han animado con sus pruebas piloto son Noruega y Corea del Sur.
El proyecto de Japón da un paso más
En Australia, la Universidad de Tecnología de Sídney presentó un prototipo. Desgraciadamente, el programa fue perdiendo peso durante la pandemia. No obstante, la universidad ha ayudado a la construcción de prototipos en España y Catar.
En lo que respecta al complejo de Fukuoka, corresponde a un paso crucial hacia la producción a escala industrial. Japón necesita más energía. Construyó una planta para manipular la composición del agua y obtenerla. Va por más. Mientras tanto, en otros puntos geográficos se está probando esta microcentral eléctrica que brinda 7 kWh diarios con el agua del grifo.