Los paneles solares son cada vez más utilizados, sin embargo, cuando se trata de producir energía a gran escala, las cosas son mucho más complicadas, por lo cual es muy importante encontrar más alternativas. En esta búsqueda han descubierto una molécula que podría ser la respuesta para convertir los fotones en electricidad de forma rápida y eficiente.
Adiós a los paneles solares
Desde hace décadas, los paneles solares han sido los héroes de la energía limpia, pero la tecnología que usan, basada en silicio, es costosa, pesada y complicada de fabricar. Por eso, el mundo ha estado buscando un sustituto más simple, barato y ecológico.
Pero ahora unos científicos de la Universidad de Cambridge han anunciado el descubrimiento de una molécula orgánica que podría mandar al silicio al olvido y cambiar para siempre cómo capturamos la luz del Sol.
Es una molécula tan eficiente que simplifica todo el proceso: es capaz de absorber las partículas de luz (los fotones) y convertirlas en una corriente eléctrica prácticamente por sí misma. El avance es tan grande que su eficiencia de recolección de energía está cerca del 100%.
El hallazgo abre la puerta a una nueva generación de dispositivos solares que serán mucho más baratos, flexibles, fáciles de reciclar y con una huella de carbono mucho menor que los paneles que conocemos hoy.
Una molécula que trabaja sola
Para entender por qué esta molécula es tan importante, hay que saber cómo funciona un panel solar tradicional. Los paneles de silicio necesitan varias capas diferentes para trabajar. Cuando un fotón (una partícula de luz) choca contra el panel, tiene que cruzar distintas capas especializadas.
Esto obliga a fabricar estructuras complejas y caras, lo que aumenta el costo final de los paneles y les da su característica rigidez y en el proceso, se pierde mucha energía. Pero la nueva molécula orgánica, bautizada como P3TTM, elimina por completo esta dependencia y hace que el proceso más eficiente.
El secreto de la P3TTM está en su composición única. Se trata de un material orgánico que posee un electrón desapareado. Cuando esta molécula interactúa con sus vecinas y recibe la luz del Sol, ese único electrón es capaz de generar por sí solo las cargas positivas y negativas que crean la corriente eléctrica.
Básicamente, un solo material basta para transformar la luz en energía. Los investigadores lograron construir un prototipo de celda solar de una sola capa con una eficiencia casi total, lo que significa que cada fotón que entra se convierte en electricidad.
Energía solar más simple y limpia
Las ventajas de usar esta molécula orgánica son enormes y van más allá de la eficiencia, comenzando por su bajo costo de producción, pues al requerir menos energía el costo de producción se reduce enormemente, algo muy similar ocurre con estas tejas solares.
Otra gran ventaja es la flexibilidad. Como son materiales orgánicos, se pueden hacer láminas muy delgadas, flexibles y ligeras, las cuales se podrían pegar en techos curvos, en las ventanas de los edificios, en telas o hasta en aparatos electrónicos pequeños.
Y por si fuera poco esta innovación es una gran noticia para nuestro planeta, pues usar la molécula P3TTM disminuye la necesidad de usar silicio, un material que contamina mucho y gasta muchísima energía al ser extraído y procesado.
El estudio de esta nueva molécula fue publicado en la prestigiosa revista Nature Materials y aunque la tecnología aún está en fase de laboratorio, su potencial es tan grande que podría acelerar como nunca la producción de energía limpia.
Sin duda, el descubrimiento de la molécula P3TTM es mucho más que un avance científico, es una esperanza para acelerar la transición energética, justo ahora que nos estamos despidiendo de las fuentes de energía más destructivas. Al ser más eficiente, más barata y más flexible, esta innovación nos acerca a un mundo donde la energía renovable estará al alcance de todos.















