Mientras en el planeta Tierra buscamos de manera desesperada nuevas formas de energía, llega una nueva energía desde el espacio. Se trata de un invento histórico que parece de ciencia ficción. La energía para siglos acumulada en el territorio español es tentadora, pero no logra opacar la información que llega desde el espacio exterior.
La transición energética es un proceso de cambio en la forma de producir, distribuir y consumir energía. Es obligatorio pasar por ella para lograr una meta mundial: acabar con las emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar el cambio climático.
El plan es reducir la participación de los combustibles fósiles (como carbón, gas oil, fuel oil y gas natural) y reemplazarlos por otro tipo de energías renovables (solar, eólica, hidroeléctrica, biomasa y geotérmica, entre otras).
La nueva energía traída del espacio supera cualquier cosa que hayamos visto en ciencia ficción
Mientras se buscan nuevas formas de energía en la tierra, logran transmitir energía solar desde el espacio a la Tierra por primera vez. Una proeza que lleva el sello de los investigadores del Proyecto de Energía Solar Espacial (SSPP) en Caltech.
El año pasado, completaron la primera transferencia inalámbrica exitosa utilizando el Microwave Array for Power-transfer Low-orbit Experiment (Matriz de microondas para el experimento de transferencia de energía en órbita baja, MAPLE).
Esta energía fue interceptada por una máquina del Laboratorio de Ingeniería Gordon y Betty Moore de Caltech. La señal fue recibida en el momento y la frecuencia estimados con un cambio de frecuencia también previsto en función de su órbita. Un proceso que sirvió para abastecer un par de luces LED.
Funcionamiento de la nueva energía del espacio
Cada módulo del SSPP cuenta con una masa de aproximadamente 50 kg, una cantidad equiparable con los microsatélites, que suelen tener un peso que baila entre los 10 y los 100 kg. En un estado compacto, cada unidad puede ser plegada hasta convertirse en un paquete de un metro cúbico de volumen.
Obtenida esta posición, este paquete se desdobla hasta crear una estructura plana cuadrada de alrededor de 50 metros de diámetro. Esta estructura tiene células solares en una de sus caras y transmisores de energía inalámbrica en la contrapuesta.
Energía solar, la reina en la Tierra y en el resto del espacio
La energía solar ha llegado a ser la fuente de energía renovable más buscada de todos los tiempos, junto a la hidroeléctrica y la eólica. Con esta nueva energía sobre la mesa, su lugar vuelve a enfatizarse. La proyección de los próximos años respecto a la energía solar es optimista en el plano terrenal.
Los registros reflejan que estas tres formas de energía renovable subirán exponencialmente, representando hasta un 40% del mercado en 2035 y un 45% en 2050. En líneas generales, todo parece indicar que, para mediados del siglo XXI, las energías renovables podrían acaparar hasta un 90% del mercado energético global. La energía solar supondría la mitad aproximadamente.
Sin embargo, para que esas predicciones se cumplan primero deben superarse varios desafíos técnicos y problemas. El mayor obstáculo con el que se enfrenta la energía solar en estos momentos es su naturaleza intermitente. Depende de la presencia de la luz solar para recopilar energía.
En respuesta a este reto aparentemente insalvable, los científicos llevan décadas investigando la energía solar especial (SBSP por sus siglas en inglés).
Esta nueva energía del espacio podría ser la respuesta para una transición energética efectiva
El enfoque que plantean es el uso de satélites en órbita para recolectar energía ininterrumpidamente durante 24 horas los 365 días del año. Bajo estas circunstancias, el avance de los expertos del Proyecto de Energía Solar Espacial (SSPP) de Caltech cobra un gran significado.
MAPLE tiene hasta ocho veces más energía que los paneles solares que estamos acostumbrados a ver en la superficie terrestre. Una vez que el proyecto alcance un desarrollo total, Caltech quiere desplegar varios módulos espaciales en forma de constelación que se encargarán de recolectar energía, convertirla en electricidad y transformarla en microondas que se transmitirán de manera inalámbrica a cualquier parte de la Tierra.
En definitiva, esta nueva energía que viene del espacio podría ser justo lo que estábamos buscando para que la transición energética se complete lo antes posible. Un panorama que jamás habríamos visto con modelos ‘terrenales’ como el primer panel solar de doble vidrio.