Reino Unido podría tener en un laboratorio el Santo Grial de la energía. El devastador efecto que está teniendo el avance del cambio climático y el calentamiento global ha dejado claro que seguir por el mismo camino no es viable. Los combustibles fósiles cumplieron su función durante décadas, pero ahora es momento de dejarlos de lado para abrazar combustibles y tipos de energía diferentes. En este contexto, existe un protagonista silencioso con un gran potencial como fuente de energía limpia. Tanto es así que Reino Unido asegura tener en su poder lo que podría ser su Santo Grial.
Reino Unido podría tener en sus manos la clave del futuro energético
Mientras el mundo ya habla de intercambiar los coches de combustión por piezas de hidrógeno, en Reino Unido ya se habla de una tecnología clave. Hace tiempo que el hidrógeno está ganando popularidad ante su potencial como energía limpia. No obstante, su adquisición es su principal obstáculo.
Continúa tratándose de un desafío técnico y económico. Transformar el agua en hidrógeno a través del proceso de electrólisis necesita de enormes cantidades de electricidad. Hacerlo únicamente con energías renovables aumenta los costes.
Bajo este marco, cada nueva tecnología que aparece es un atisbo de esperanza para quienes confían en este vector energético. La startup Electrógenos ha dado un golpe en la mesa con una propuesta que podría cambiar radicalmente el panorama actual.
Su equipo de profesionales ha creado un catalizador capaz de simplificar la producción de hidrógeno verde. Al tratarse de una producción más simple, el procedimiento es más económico.
Detrás de esta idea se “esconden” años de experimentos con complejos materiales y una meta clara. La mira siempre ha estado puesta en conseguir que el hidrógeno limpio deje de ser una promesa para transformarse en una alternativa competitiva y accesible.
Reino Unido propone un nuevo tipo de electrólisis
La empresa de Reino Unido no pretende reinterpretar la electrólisis, sino mejorarla desde el interior. Naturalmente, el hidrógeno casi nunca se vislumbra por separado. Se encuentra unido a otros componentes creando compuestos como agua, que atesora dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno.
Para conseguir el hidrógeno en estos casos, es necesario separados. Es en ese punto en el que es importante el proceso de electrólisis. Su procedimiento es sencillo de entender. Básicamente se aplica una corriente eléctrica sobre el agua con el fin de dividir sus moléculas.
Parece algo simple, y lo es, pero llevar adelante este procedimiento de manera sostenible y barata continúa siendo un importante desafío. En la electrólisis convencional, el proceso es el siguiente. Se sumergen dos electrodos en una disolución alcalina y se aplica una corriente eléctrica.
Los átomos de hidrógeno quedan agrupados en el cátodo (polo negativo). Al mismo tiempo, los de oxígeno se llevan al ánodo (polo positivo). Queda como resultado unas discretas burbujas acumuladas en la superficie de los electrodos. Una señal clara de que la reacción está pasando.
Este método presenta un inconveniente: el desgaste de los materiales y la necesidad de metales caros como el platino para conservar la eficiencia.
La pretensión de Reino Unido es generar un cambio en el hidrógeno
La propuesta que llega desde Reino Unido ansía reemplazar esos caros catalizadores por otros desarrollados con técnicas de electrodeposición micrométrica. Un sistema que usa capas de diversos metales para afianzar los electrodos y mejorar su rendimiento.
Mediante esta técnica, la startup de Reino Unido tiene como objetivo extender la vida útil de los electrolizadores. Además, busca acotar los costes de mantenimiento y producción para lograr energía limpia.
El Santo Grial de la energía limpia podría estar “encerrado” en un laboratorio de Reino Unido. Una noticia alineada con la que se vive en España, donde Repsol estrenará en 2029 su primera gran planta de hidrógeno renovable.