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domingo, mayo 28, 2023

Desbloqueando el potencial de blockchain para un futuro más verde

Todos hemos oído alguna vez que la minería de determinadas monedas digitales, como Bitcoin, consume una cantidad de energía considerable. Este es, después de todo, un problema preocupante. La relación entre criptodivisas y ecología ha sido complicada desde sus inicios. Es un verdadero desafío.

Desbloqueando el potencial de blockchain para un futuro más verde. Por eso, en la actualidad ha aumentado el número de inversores preocupados en que las empresas enfaticen ciertos principios ambientales. Obviamente, este es un factor que puede obligar a los creadores de criptodivisas a replantear sus estrategias. Pero, ¿pueden ser ecológicas? En la actualidad, este un debate vivo y encendido.

Un problema desde sus inicios

Los estudios han revelado que una red como la de Bitcoin genera un consumo excesivo. De hecho, asciende a 129 TWh a nivel mundial, lo que representa un 0,6 % del consumo total en todo el mundo. Este consumo tan elevado se convierte en un problema a nivel medioambiental. Por ejemplo, podemos hablar de una huella de carbono que sobrepasa las 17 000 kilotoneladas al año. Esta dependencia energética, por supuesto, provoca diversos problemas asociados. Y por eso mismo, la situación es insostenible para el ecosistema.

Evolución a un modelo más ecológico

Los efectos del cambio climático han aumentado durante los últimos tiempos. Tal vez sea por eso que, en la actualidad, la conciencia ecológica ha aumentado. Cada vez hay más personas preocupadas por este tema. De hecho, incluso personajes influyentes comienzan a presionar en este aspecto.

Por ejemplo, el propio Elon Musk, atento al impacto ambiental de Bitcoin, dejó de operar con esta criptodivisa en su empresa Tesla. Asimismo, también hay países que solicitan que la industria de blockchain que adopte otras fórmulas. Así las cosas, reducir el consumo energético parece haberse convertido en una necesidad para todos.

Por supuesto, ahora le toca mover ficha a los proyectos que emplean la tecnología blockchain. Actualmente, varios de estos proyectos se dedican a explorar diferentes opciones. Algunas de ellas pasan por adoptar sistemas de validación más eficientes. Otras implican el uso de energías renovables para la minería.

Del PoW al PoS

La tendencia actual, a la hora de operar con opciones digitales, es la de pasar del PoW al PoS. Estas son las siglas de proof-of-stake, un sistema de prueba de participación cuyo objetivo no es otro que el de reducir el consumo energético. Ahora, cuantos más tokens almacena un usuario, más posibilidades hay de que el protocolo los seleccione.

Esta serie de cambios ofrecen diversos beneficios respecto a la criptominería tradicional. Uno de los más importantes, sin duda, es la reducción de los requisitos a nivel hardware. Esto hace que más usuarios se puedan convertir en validadores, al mismo tiempo que reduce el gasto energético. También sirve para descentralizar todo el proyecto.

Por último, hay que hablar de los incentivos financieros. Como es lógico, estos han aumentado a lo largo de los últimos dos años. Las políticas a nivel medioambiental han cobrado una mayor relevancia, y las decisiones se han comenzado a tomar en esa dirección. No es de extrañar, pues, que los reguladores dirijan su mirada hacia un ahorro en el gasto de electricidad.

Criptodivisas más sostenibles y ecológicas

Existe un verdadero esfuerzo, por parte de los operadores, de mejorar la sostenibilidad en el sistema de cadena de bloques. Recientemente, un informe publicado por el Bitcoin Mining Council reveló que muchos usuarios ya minaban empleando un 67 % de energías renovables.

Asimismo, existen organizaciones que ya trabajan para conseguir que todas las cadenas de bloques empleen este tipo de energía para dentro de dos años.

Como ya hemos podido comprobar, el uso de la electricidad es un factor que afecta al impacto al crearlas. La cantidad de energía, no obstante, no es tan importante como la fuente de la misma. Y es ahí, precisamente, donde los defensores de las criptodivisas ven puestas sus esperanzas.

Energía renovable: el nuevo camino para la criptominería

Crusoe Energy y Equinor son solo algunos ejemplos de operaciones mineras que emplean fuentes de energía no convencionales. Concretamente, recurren a plantas de energía no utilizadas o a los excedentes de gas, algo que generalmente se quema. Se trata de un principio, aunque para muchos no es suficiente. Después de todo, esto no evita las emisiones. Además, hay quien piensa que esta forma de trabajar podría incentivar una criptominería descontrolada.

Otros proyectos, de carácter más ecológico, planean el uso de parques eólicos y solares para este fin. Así, las operaciones se llevarían a cabo con energía 100 % renovable. Desbloqueando el potencial de blockchain para un futuro más verde.

No obstante, no todo es tan bonito como parece. Aunque se han anunciado inversiones millonarias destinadas a plantas mineras renovables, estos proyectos tienen ciertos problemas. El más preocupante, por supuesto, es la escasa viabilidad financiera del proyecto. Y es que algo así podría hacer caer en picado el valor de la criptodivisa.

Como podemos ver, el problema es complejo y todavía presenta diversos flecos. No obstante, se sigue trabajando para perfeccionar las opciones sostenibles. Un diseño que sea eficiente a nivel energético y viable en lo económico, es el objetivo final.

El uso de blockchain para garantizar la transparencia

Así como presenta diversos problemas, la red blockchain también puede ofrecer ciertas ventajas en el campo energético. Después de todo, esta es una tecnología que hace posible asignar activos de generación de forma ágil. También permite el establecimiento de jerarquías de prioridades, dada su gran trazabilidad. Esto es vital siempre que hay de por medio contratos de compraventa a largo plazo.

Hay que acreditar el origen verde de la electricidad, y el uso de la tecnología blockchain hace eso posible. Si por algo destaca la cadena de bloques, no obstante, es por su capacidad de garantizar la transparencia en las transacciones. Como estas quedan registradas de forma inalterable, auditar los resultados es más sencillo que nunca.

Por último, cabe destacar que el sistema blockchain permite la implementación de contratos inteligentes. Estos pueden ejecutarse automáticamente cada vez que ambas partes cumplen su parte del mismo. Esto hace que el proceso sea más eficiente, pero también elimina intermediarios. Así, el resultado final es una reducción en los costes y un aumento de la privacidad.

La tecnología blockchain tienen sus luces y sus sombras, especialmente en el campo del gasto energético. No obstante, vivimos una época de cambios. Así, el camino que tomará todo este proceso todavía está por ver. Desbloqueando el potencial de blockchain para un futuro más verde.

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