El actual cambio climático está ocurriendo a un ritmo desenfrenado, lo que hace muy difícil, tanto para la naturaleza como para el ser humano, adaptarse a las nuevas condiciones que está experimentando nuestro planeta, a nivel climático, del medio ambiente, en los ecosistemas etc. Su principal causa es el calentamiento global impulsado por el exceso de gases de efecto invernadero que recibe la atmosfera por las actividades antropogénicas.
La atmósfera está compuesta por diversos gases que, en la proporción adecuada, cumplen su cometido. El problema está cuando las actividades del ser humano aumentan la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera y esta retiene más calor del necesario, provocando que la temperatura media del planeta aumente y se produzca lo que popularmente llamamos cambio climático.
El clima del planeta siempre ha estado sujeto a fluctuaciones. Pero desde la época de la industrialización, la composición de la atmósfera ha cambiado. Y ello es consecuencia directa de las emisiones de gases de efecto invernadero, también conocidos por sus iniciales: GEI.
Estos gases producto de las actividades humanas acentúan el efecto invernadero natural que sucede dentro de la atmosfera y permite que haya vida. Y una de sus consecuencias es que provocan cambios significativos en el clima. Este es el origen del cambio climático que tiene un impacto nefasto en el hombre y la naturaleza.
Cambios climáticos naturales
Independientemente del efecto invernadero antropogénico, es decir, el resultante de la actividad humana, el clima global presenta una amplia variedad de fluctuaciones. Y ello se debe a diferentes procesos naturales. En general, se pueden distinguir tres parámetros principales responsables de las fluctuaciones climáticas globales:
- Cambios en la radiación solar incidente.
- Cambios en la radiación solar reflejada.
- Cambios en la radiación al espacio.
Fluctuaciones internas del sistema climático
Los cambios recurrentes en la órbita de la Tierra se pueden determinar en intervalos regulares muy amplios de varios miles de años. Y se documentan las fuertes correlaciones con los cambios climáticos en la Tierra. La actividad y, por tanto, la radiación solar que llega a la Tierra también varía.
La ubicación de los continentes tiene una influencia directa sobre la circulación del aire y las corrientes oceánicas. Y como resultado, también sobre el clima global. Las grandes erupciones volcánicas emiten grandes cantidades de CO₂, el gas de efecto invernadero más conocido. Pero también aerosoles, cenizas volcánicas y partículas finas. Y hasta pueden provocar un enfriamiento temporal del clima durante algunos años.
La temperatura media de la Tierra ya ha aumentado más de 1 °C en los últimos 140 años. El fuerte aumento del calentamiento global observado desde 1950 ya no puede explicarse por las fluctuaciones climáticas naturales. A esta conclusión han llegado los científicos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
Pero no solo son los representantes del IPCC quienes advierten de la gravedad del cambio climático. Los científicos en general coinciden en que la magnitud de los cambios que se están experimentando en todo el sistema climático no tiene precedentes. Y no solo en siglos, sino en milenios.
GEI y el cambio climático
Este fenómeno se debe a la acumulación de los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO₂) o el metano (NH3) en la atmosfera terrestre. Dichos GEI se liberan cuando se queman los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural. Generalmente, para emplearlos como fuentes de otro tipo de energía (calórica, eléctrica, mecánica, etc.).
Uso de los suelos y el cambio climático
Otro de los factores que contribuye a la emisión de GEI es el mal uso de los suelos. La deforestación de bosques de todo tipo. La implantación de sistemas de agricultura y ganadería intensiva. O el desecado de humedales son buena prueba de ello. Estos procesos acentúan el efecto invernadero y provocan efectos en cadena.
Desaparición de los hielos
El aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera ocasiona un aumento significativo en la temperatura del aire y del océano. Por lo que se reduce la masa total de nieve y hielo. Esto disminuye el volumen de glaciares y permafrost. El hielo desaparece más rápido de lo que se repone, algo que también contribuye al aumento del nivel del mar.
Todos estos factores se suman entre sí e interactúan rompiendo el frágil equilibrio ecosistémico terrestre. Por lo que se da un efecto en cadena de situaciones y procesos negativos. Que se suman para dar como resultado el actual cambio climático y sus pavorosas consecuencias.