El estado medioambiental actual de los mares de Europa es, en general, deficiente. Esta es una mala noticia para las personas, ya que afecta a su calidad de vida, medios de subsistencia y economía. El estado de nuestros mares determina la capacidad para abastecerse, entre otras cosas, de oxígeno, alimentos, un clima habitable y determinadas materias primas, así como de ocio, esparcimiento y salud.
El uso histórico y actual de los mares de la UE y de su zona oceánica está pasando factura, dando lugar a cambios en la composición de las especies y hábitats marinos y cambios generales en la composición física y química de los mares. A estos problemas complejos se suma el cambio climático, que agrava el impacto de las otras amenazas.
Los efectos combinados de estos cambios se encuentran actualmente en camino de causar daños irreversibles a los ecosistemas marinos, aunque existen señales de su recuperación en algunas zonas como consecuencia de esfuerzos significativos, a menudo de una década de duración, para reducir determinados impactos, como los causados por los contaminantes, la eutrofización y la sobrepesca.
Una protección para los mares que no debe demorarse
WWF ha publicado un nuevo informe que marca un hito en la protección de los mares europeos. El documento identifica 10 principios clave para restaurar de forma eficaz los ecosistemas marinos y costeros en la Unión Europea, ofreciendo por primera vez un marco detallado que respalda la recién adoptada Ley de Restauración de la Naturaleza.
Basado en proyectos destacados repartidos por toda Europa, como es el caso del LIFE ECOREST, el informe analiza qué hace que un proyecto de restauración marina sea verdaderamente eficaz, sostenible y respaldado por la ciencia.
La situación de los mares y costas europeas es preocupante: la degradación de hábitats, la contaminación y los efectos del cambio climático los ponen en jaque. Esta presión afecta también a las personas: más del 40 % de la población de la UE vive en zonas costeras, por lo que la recuperación de estos ecosistemas no solo es urgente para la biodiversidad, sino también clave para la protección de las comunidades costeras y la mitigación del cambio climático.
“La Ley de Restauración de la Naturaleza nos brinda una oportunidad histórica para revertir décadas de daño en nuestros mares. Pero se trata de un terreno relativamente nuevo, con pocos proyectos finalizados. Por eso, este informe es tan relevante: llena un vacío al ofrecer estrategias claras y científicamente fundamentadas para lograr una recuperación ecológica real, no solo sobre el papel”, explica Jacob Armstrong, responsable de Océanos en la Oficina Política Europea de la ONG.
El informe se apoya en literatura científica revisada por pares y en el análisis de experiencias reales de restauración marina dentro de la UE. Como resultado, incluye una práctica lista de comprobación paso a paso dirigida especialmente a responsables políticos y gestores de proyectos que estén desarrollando los futuros Planes Nacionales de Restauración exigidos por la ley.
La cuenta atrás ya ha empezado: España, al igual que resto de Estados miembro, debe presentar su plan nacional a la Comisión Europea antes del 1 de septiembre de 2026. La ONG urge a que se actúe sin demora, asegurando que los planes incorporan los 10 principios del informe, se alineen con las políticas europeas y nacionales de conservación vigentes y cuenten con la participación activa de todas las partes interesadas.
“Con el Pacto por los Océanos en el horizonte, previsto para finales de mayo, la UE tiene una ocasión única para demostrar que va en serio en su compromiso de recuperar los océanos. Acciones como mejorar el conocimiento científico, reducir la presión humana sobre los ecosistemas marinos y fomentar el diálogo son clave para lograr una restauración significativa. Este informe es una guía para que los responsables políticos se suban a la ola de los océanos sanos y hagan realidad ese compromiso”, concluye Armstrong.