“El Vjosa en el sur de Albania es el último río que fluye libremente en Europa y es crucial para miles de personas, que dependen de él para su subsistencia. Pero el frenesí balcánico por la energía hidroeléctrica amenaza el futuro de todo el valle.”
Flamencos y anguilas
El Vjosa tiene un largo de 270 kilómetros: nace en las montañas al norte de Grecia, corre a través de las llanuras del sur de Albania y desemboca en el mar Jónico. Está salpicado de cañones, islas y arcos que le dan al área su nombre, «el corazón azul de Europa«.
En las ciudades cercanas de Kalivaç y Poçem se planea la construcción de dos grandes centrales hidroeléctricas. Si estos proyectos se llevan a cabo, las presas inundarán miles de hectáreas de pastos y tierras de cultivo, forzando a cientos de familias a dejar los que desde siempre fueron sus hogares.

También interrumpiría el último y extenso sistema fluvial que fluye libremente en Europa, fuera del Ártico y afectará a todos los ecosistemas locales y aledaños, puesto que además de ser una fuente esencial de agua para la agricultura es también un punto de concentración de biodiversidad, hogar de la anguila europea, en peligro de extinción y del flamenco mayor.
Muchos sostienen que puede albergar una serie de otras especies endémicas, pero como nunca se ha llevado a cabo un estudio biológico exhaustivo de la biodiversidad local, la construcción de las presas impediría a los científicos estudiar a las especies en su hábitat natural y se teme que muchas se perderían irremediablemente.

Fiebre hidroeléctrica balcánica
En toda la región de los Balcanes, se estima que ya se han construido 2.700 centrales hidroeléctricas. De acuerdo con un informe de diciembre de 2015 del organismo de vigilancia financiera Bankwatch, cerca de la mitad de estos proyectos se encuentran en áreas naturales protegidas.
El grupo ecológico EcoAlbania ha identificado 45 proyectos de plantas hidroeléctricas a lo largo del río Vjosa que transformarían secciones enteras en cascadas, interrumpiendo ecosistemas y forzando a miles de personas al éxodo.

Muchos de los proyectos se remontan a una ola de concesiones de pequeñas centrales hidroeléctricas, en parte como respuesta al creciente interés de la UE por las energías renovables. Pero Albania y Bosnia-Herzegovina emitieron un número particularmente elevado de concesiones, entre 2006 y 2009.
En un intento de aumentar la participación de las energías renovables en sus carteras y demostrar su compromiso con la «transición hacia la energía verde», los fondos de Europa occidental, incluidos muchos bancos que se jactan de prácticas financieras sostenibles, se están aprovechando de la situación.

Demanda histórica
Olsi Nika es el director ejecutivo de EcoAlbania y denuncia que algunos países europeos están aprovechándose de la situación, bajo la bandera de lo ecológico, en “países donde los marcos legales son débiles, los niveles de democracia bajos y la corrupción muy alta”.
La energía hidroeléctrica se promociona como una alternativa más barata a la eólica o solar, ignorando sus costos ambientales. Nika explica que: «La energía hidroeléctrica no es verde, aunque sí es renovable y la forma en la que se la trata, especialmente en la zona de los Balcanes, definitivamente no respeta al Medio Ambiente.”

Las organizaciones civiles han tenido cierto éxito desafiando proyectos hidroeléctricos en áreas protegidas. En mayo, un tribunal falló contra la construcción de la central hidroeléctrica de Poçem, en el primer juicio ambiental de Albania, pero el Ministerio de Energía apeló la decisión. Pocas semanas después lanzó una nueva convocatoria abierta para inversores en la segunda presa, prevista en Kalivaç.

















