Los representantes ecologistas denuncian públicamente la reiterada negativa de la CMAyOT a ampliar los espacios naturales de la provincia a zonas aledañas de alto valor ecológico, o a declarar nuevos espacios protegidos.
En la Estación Ornitológica de Tarifa se han celebrado unas jornadas de representantes ecologistas en órganos de participación de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio (CMAyOT), y han coincidido en denunciar la creciente mercantilización de los espacios naturales de la provincia de Cádiz, donde prima más el negocio que la conservación. En estas jornadas han participado representantes de Ecologistas en Acción, Agaden y del Colectivo Ornitológico Cigüeña Negra.
Los representantes ecologistas han analizado la situación de estos supuestos órganos de participación, que han terminado por convertirse en meros foros de autobombo de la CMAyOT en la que no se permite abordar más temas que los impuestos por la Consejería y se cercena de forma sistemática los derechos a la participación pública de sus miembros.
Caso paradigmático de esta situación de bloqueo a la participación ciudadana es la Junta Rector del Parque Natural Sierra de Grazalema, que no se reúne desde 2016.
También se ha abordado en la Jornadas el estado de conservación de los espacios naturales y las especies protegidas en la provincia, que lamentablemente, salvo excepciones, tienen una tendencia hacia la degradación de los hábitats y la extinción de algunas especies emblemáticas.
En el parque natural Los Alcornocales, el mayor de la provincia, se detecta una grave regresión de las masas arbóreas, debido al problema de la “seca”, fruto de la mala gestión de los alcornocales y de la sobreabundancia de poblaciones cinegéticas –ciervos, gamos, muflones, jabalíes, cerdos asilvestrados…-, al que se alimenta como ganado en los cotos intensivos de caza, y que incluso están afectando a especies de helechos en peligro de extinción.
Otro elemento que ha provocado un efecto devastador sobre la fauna silvestre son los mallados cinegéticos, que han compartimentado a este parque natural en corrales de caza.
En todos los parques naturales se detecta un descontrol del creciente uso público, debido a la presión de empresas que utilizan estos espacios naturales como mero escenario para actividades que nada tienen que ver son sus valores naturales –macro festivales de música, pruebas deportivas masivas…-, y a la falta de planes de uso público. De especial gravedad es el masivo uso público de los espacios litorales protegidos, como sucede en los parques naturales del Estrecho y de la Breña de Barbate.
Los representantes ecologistas denuncian públicamente la reiterada negativa de la CMAyOT a ampliar los espacios naturales de la provincia a zonas aledañas de alto valor ecológico, o a declarar nuevos espacios protegidos.
Esto ha sucedido con las propuestas de incluir en el Parque Natural Bahía de Cádiz las salinas de Santa María y Cetina, que ha sido propuesta por el mismo Ayuntamiento de Puerto Real, o la playa de la Hierbabuena en el Parque Natural del Pinar de la Breña y Marismas del Barbate, que ha contado incluso con la aprobación el de su Junta Rectora.
Algo similar sucede con los pinares y lagunas de Bonanza en Sanlúcar, próximos al Espacio Natural de Doñana, cuya petición de inclusión en la red Natura 2000 ha sido realizada tanto en una moción municipal como en una proposición no de ley del parlamento de Andalucía.
Muy preocupantes es la creciente pérdida de biodiversidad, con la extinción en la provincia de especies de aves como el torillo y la avutarda, y el declive de otras como el alimoche y el sisón, que puede provocar su extinción a corto plazo. En positivo sólo destacar la recuperación de especies que estaban extinguidas como el águila imperial, el águila pescadora o el ibis eremita.
Los representantes ecologistas han coincidido en comprobar las nefastas consecuencias de los recortes presupuestarios en la gestión de espacios naturales y en la conservación de especies protegidas por parte de la Junta de Andalucía, que en algunos casos ha caído hasta cero euros, y en demandar un cambio drástico en las políticas medioambientales que impida que el enorme patrimonio natural de nuestra provincia se termine mercantilizando, favoreciendo su uso y aprovechamiento por empresas privadas en vez de garantizar su conservación para que también puedan disfrutarlo las generaciones venideras y por el que fueron protegidos.
En este encuentro se ha constatado las buenas relaciones entre las asociaciones ecologistas de la provincia, unidas en el objetivo común de defender la naturaleza y el medio ambiente de la provincia de Cádiz.