La piromanía es una patología, un trastorno de conducta. Según datos estadísticos del Ministerio, tan solo el 9,79% de los incendios fue provocado por una persona pirómana.
En estos días de invierno se ha vuelto a hablar de incendios, los últimos en Cantabria. Muchas personas sorprendidas hablan de cómo a estas alturas se pueden producir fuegos descontrolados. Ante esta perplejidad surgen de nuevo ideas de terrorismo ambiental o piromanía que intentan explicar el problema. Son mensajes recurrentes que confunden y distorsionan un tema tan complejo como los incendios forestales y que nos alejan de los mensajes y debates importantes.
La piromanía es una patología, un trastorno de conducta. Según datos estadísticos del Ministerio, tan solo el 9,79% de los incendios fue provocado por una persona pirómana. En 2006, 2012 o 2017, cuando hubo oleadas incendiarias, tampoco se probó que hubiera una trama que las relacionara, desmontándose así la tesis de terrorismo ambiental.
Los incendios intencionados son los más numerosos, representan más de la mitad del total y el 60% de la superficie afectada. Esto no significa que sean terroristas ni que estén enfermos sino que hay una intención de hacer fuego, principalmente quema de matorral para la ampliación de las zonas de pasto. Así lo confirma la estadística. En Cantabria se quemaron en entre los años 2001 y 2010 45.877 hectáreas no arboladas frente a 4.760 hectáreas arboladas. Los datos también apuntan que los incendios de invierno-primavera del noroeste peninsular suponen el 63% de los incendios y el 46% de la superficie que se quema cada año en toda España. La época tiene que ver porque son los meses anteriores a que el ganado suba al monte a pastar y porque se aseguran (teóricamente) que las condiciones de quema van a ser favorables.
Con el término intencionado la sociedad percibe criminalidad, frente a lo que en realidad es un mal uso del fuego para controlar el matorral que hoy en día no puede utilizarse de la forma en la que se ha estado utilizando por los habitantes del medio rural. Este enfoque es importante de cara a acometer medidas eficaces relacionadas con ese uso del fuego en el medio rural.
Protege el bosque, protege tu casa
El año pasado presentamos el informe “Protege el bosque, protege tu casa”, en el que se analizaban las causas de una nueva era de grandes incendios forestales y denunciábamos la falta de planes de prevención, emergencia y autoprotección contra incendios forestales en España. Cantabria corresponde a la Región Noroeste, que incluye además las Comunidades Autónomas de Asturias, Galicia, País Vasco y las provincias como León y Zamora. Esta región suspende en planificación de incendios pese a estar entre las comunidades que sufren el 51,7% del total de los incendios del territorio nacional. Sin embargo, son las comunidades que tienen una planificación más deficitaria.
Concretamente en Cantabria no existe ninguna comarca o municipio con plan de prevención elaborado ante el riesgo de incendios forestales. Sin embargo, hay dos áreas que se han declarado zonas de alto riesgo como son el Parque Natural Collados de Asón y Zona de Reserva de Monte Quemado en el Parque Natural de Saja-Besaya. En cuanto a emergencias, solo tres municipios disponen de planes municipales ante el riesgo de incendios forestales: Santander, Torrelavega y Camargo.
¿Cómo prevenir los incendios?
Para prevenir los incendios intencionados es fundamental una buena gestión de las quemas, siempre controladas y autorizadas, respetando las temporadas de prohibición, dando alternativas al uso del fuego, así como prevenir al máximo adoptando las recomendaciones y prohibiciones oportunas. Porque lo que tradicionalmente se hacía, ahora no se puede hacer. Estamos en un contexto de cambio climático y abandono del monte en el que riesgo de propagación de un incendio es muy grande: vegetación seca y continúa, condiciones meteorológicas adversas, topografía que acompañe y habrá un incendio difícil de controlar.
Es fundamental cumplir la normativa y tener planes preventivos de defensa que eviten y mitiguen las llamas. Por otro lado, es importante que la población haga planes de autoprotección frente a las llamas y que los esfuerzos de los equipos de extinción se centren en apagar el incendio y que tengan menos riesgos en su trabajo. Desde aquí mucho ánimo a todo el despliegue de personas que están sofocando los incendios. Y acabo este post saltando el charco, haciendo mención a los incendios de Chile, donde 76 focos activos que ya se han cobrado 3 vidas, 53.000 hectáreas calcinadas, 37 personas lesionadas, 54 viviendas destruidas.
El 5 de febrero se decretó Estado de Excepción Constitucional por Catástrofe para algunas de las regiones. Los grandes incendios forestales se han convertido en una prioridad ambiental y un problema de seguridad de primer nivel. Protege el bosque, protege tu casa. ¿Sabes lo que es un Plan de Autoprotección? ¿Te has preparado antes los incendios forestales? Puedes usar nuestra Calculadora de Riesgo de Incendio Forestal para autoevaluar de forma sencilla el potencial riesgo de su vivienda frente al fuego.
Para más información: Greenpeace